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Irak

Bagdad recupera Kirkuk ante la división de los kurdos

En apenas 24 horas las fuerzas iraquíes han retomado el control de varios puntos del territorio kurdo, en especial una gran parte del sur de Kirkuk, en una cuestión donde los intereses económicos por el petróleo y la división interna entre los kurdos marca el ritmo del conflicto.

Tanques iraquíes toman posiciones en el sudeste de Kirkouk, este 15 de octubre de 2017.
Tanques iraquíes toman posiciones en el sudeste de Kirkouk, este 15 de octubre de 2017. AHMAD AL-RUBAYE / AFP
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En 2014, y con el caos provocado por la guerra contra el Estado Islámico, los combatientes kurdos aprovecharon para tomar el control de numerosas localidades y regiones al norte de Bagdad, entre ellas Kirkuk, rica en petróleo.

Bagdad había reclamado la semana pasada a los kurdos que retiraran sus posiciones ocupadas en 2014 y, ante, la negativa, este lunes los iraquíes entraban recuperando las zonas perdidas.

El gobierno central rechaza que el kurdo, dirigido por Massoud Barzani, negocie directamente con compañías extranjeras la explotación del petróleo, como estaba haciendo con Exxon Mobil, Chevron, Total o Gazprom, en un intento de constituir un sector energético independiente, clave para el establecimiento del estado.

Una reconquista "sin complicaciones"

Las fuerzas kurdas no tardaron en ceder y en pocas horas las banderas de Irak volvían a ondear en los edificios oficiales, las refinerías locales especialmente la sede de la compañía nacional, North Oil Company, y el aeropuerto militar, en una jornada que se saldó con una decena de muertos y unos 60 heridos.

La mayor parte de esta región se encontraba en manos de la Unión Patriótica Kurda (UPK), tradicional opositor interno del Partido Democrático Kurdo (PDK), que dirige Massoud Barzani.

El territorio autónomo kurdo fue reconocido por Bagdad en 2005, en una región de 75.000 km2 con una población de 5,5 millones de habitantes, pero los kurdos aprovecharon el descontrol del país durante la ocupación del Estado Islámico para ir más allá en el autogobierno.

La división interna de los kurdos

La UPK no dio todo su apoyo para la celebración del referéndum de autodeterminación el pasado 25 de febrero, tachado de ilegal por Bagdad. Tras el ultimátum del gobierno, el líder de la UPK, Bafel Talabani, llamó a una solución negociada para acordar su independencia con el gobierno central, por lo que los responsables del PDK le tacharon de traidor. Fue en este contexto, en el que los pesmergas decidieron ayer retirarse si plantar apenas oposición.

La tensión en la región sigue en aumento y se teme una inminente escalada militar.  "Para comprender la entrada de las fuerzas iraquíes en la ciudad hay que remontarse al referéndum por la independencia del Kurdistán iraquí el 25 de septiembre, forzado por el PDK de Barzani", explica Arthur Quesnay, especialista de Irak en el Instituto Francés de Medio Oriente.

"Más que un referéndum fue un plebiscito para Barzani que intentaba tomar el poder en el Kurdistán iraquí y convertirse en el actor hegemónico frente a otros actores kurdos, especialmente la UPK de Talabani. Ha habido un acuerdo entre una parte del UPK con Bagdad para dejar pasar sus fuerzas y restablecer el control sobre la ciudad con el fin de limitar la influencia del PDK. Es una fractura considerable e histórica", añade Quesnay para quien la unificación del pueblo kurdo en esta crisis ha llegado a su fin.

 

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