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Catar - Francia

Catar, omnipresente en la industria del lujo y el deporte de Francia

El rico emirato gasífero, en el foco de la actualidad por la ruptura de relaciones con los países del Golfo que lo acusan de financiar el terrorismo, es un actor económico fundamental en los sectores del espectáculo deportiva, el lujo y bienes raíces de Francia.

El equipo parisino PSG fue adquirido por Catar en 2011.
El equipo parisino PSG fue adquirido por Catar en 2011. Reuters / Gonzalo Fuentes
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En Europa, Catar no sólo está impreso en la remera del club Barcelona. Este pequeño y riquísimo estado gasífero que emergió en los escenarios internacionales en los años 1990, ocupa un lugar de privilegio en la economía de Francia.

A través de su fondo soberano Qatar Investment Authority (QIA), este país aliado de Estados Unidos está muy presente en el sector del deporte, los bienes raíces y la industria.

Durante las presidencias de Nicolas Sarkozy y François Hollande, Catar ha invertido pese a las críticas recurrentes por parte de sus detractores.

En 2011, compró el club de fútbol Paris Saint-Germain (PSG) y, gracias a sus inversiones, llevó el equipo a ganar cuatro campeonatos.

El fútbol francés también le debe dinero fresco, cuando en 2012 compró parte de los derechos de televisación de los partidos del campeonato a través de su canal BeIn Sports.

Catar es también el dueño del equipo de handball (balonmano) del PSG y de varios eventos hípicos, como el Prix de l’Arc de Triomphe.

Hoteles

Otro de los sectores en los que Catar ha invertido en Francia es sus hoteles de lujo. El Raffles (ex Royal Monceau), el Concorde Lafayette el Península, el Hotel del Louvre, así como el emblemático Martinez y Carlton de Cannes o el Palais de la Méditerranée en Niza están en manos de ciudadanos del emirato.

Se trata apenas de un puñado de hoteles de la larga lista, que incluye su peso como principal accionista del grupo AccorHotels, propietario de locales en los Campos Elíseos y casinos.

Catar ocupa un lugar de privilegio en grandes empresas francesas. Es un socio minoritario de Total, Vinci, Veolia Environnement, LVMH y Vivendi, al tiempo que posee las tiendas de la cadena Printemps.

Por otro lado, Catar es un gran cliente de armamento francés. Compró 24 aviones de combate Rafale en 2015 por 6.300 millones de euros.

En el sector de la prensa, es el accionista mayoritario del grupo de medios Lagardère (13,03%).

Esta presencia económica en Francia, mezclada a la reputación de financiar el islamismo, dio lugar a una controversia en plena campaña electoral en 2012, cuando Catar planteó crear un fondo para los suburbios franceses, afectados por el integrismo islámico.
 

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