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Siria

Enésimo veto ruso a un resolución de la ONU contra Asad

El proyecto de resolución de Naciones Unidas pedía al gobierno de Damasco una investigación sobre el ataque con armas químicas contra la ciudad de Jan Sheijún que según los occidentales fue perpetrado por Bashar al Asad. Es la octava vez que Rusia hace uso del veto en el Consejo de Seguridad para que no prospere una condena a su aliado.

Rex Tillerson y Serguei Lavrov en Moscú, 12 de abril de 2017.
Rex Tillerson y Serguei Lavrov en Moscú, 12 de abril de 2017. REUTERS/Maxim Shemetov
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El texto había sido presentado por las delegaciones británica, francesa y estadounidense por el ataque con un gas neurotóxico contra Jan Sheijún que dejó 87 muertos.

La resolución condenaba el ataque y expresaba su apoyo a una investigación por parte de la Organización para la Prohibición de Armas químicas (OPCW, por su siglas en inglés). Asimismo exigía a Siria los planes de vuelo de sus aviones e informaciones sobre sus operaciones militares el 4 de abril, día del ataque.

A parte de Rusia, también Bolivia votó en contra del texto. Uruguay votó a favor y Kazajistán y Etiopía, también miembros no permanentes del Consejo, se abstuvieron.

Horas antes de la votación, Rex Tillerson advirtió desde Moscú que la relación entre Estados Unidos y Rusia está en un “bajo nivel de confianza”. El secretario de Estado estadounidense se había reunido previamente con su homólogo ruso Sergei Lavrov y con el presidente Vladimir Putin, en un intento fallido de acercar posiciones.

Pero las divergencias son muchas en el dossier sirio. Moscú, aliado del régimen de Bashar al Asad, defiende investigar primero el ataque de Jan Sheijún antes de tomar cualquier iniciativa. Mientras que Estados Unidos, que lanzó un bombardeo con 59 misiles como respuesta al ataque químico, apuesta por una respuesta inmediata contra Damasco y no descarta otras ofensivas unilaterales.

Tillerson intentó en vano convencer a los rusos, que apoyan con hombres y material a Asad en su guerra contra los rebeldes y los yihadistas, de que la salida a la crisis pasa por la salida del mandatario sirio del poder. Pero Lavrov le recordó al responsable de la diplomacia estadounidense que sacar a dictadores no siempre es una buena idea y recordó los casos de Libia e Irak.

Si durante la campaña electoral de Donald Trump y durante sus primeros días en la Casa Blanca, todo parecía indicar que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia iban a tomar un nuevo rumbo con un acercamiento entre las dos potencias, el dossier sirio ha echado por tierra esa posibilidad, y eso a pesar de las acusaciones sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones estadounidenses que habría presuntamente beneficiado al magnate.

Hasta el mismo Vladimir Putin reconoce que las relaciones entre Moscú y Washington están en peor situación que en la época de Barack Obama.

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