Radicales infiltrados en chalecos amarillos provocan disturbios en París

Al cierre de esta edición, jóvenes radicales infiltrados en grupos de chalecos -en algunos casos con su connivencia- provocaban serios detrozos en varios puntos de París como la Plaza de la República. Más de 130 detenidos a media jornada marcada por miles de controles preventivos y con varios barrios del centro de París bloqueados. 

Manifestantes en la ciudad de Aviñon el pasado 30 de marzo AFP/Boris HORVAT

No han esperado a que Macron anuncie su hoja de medidas para solucionar la crisis (aplazado por el siniestro de Notre Dame), ni tampoco el momento de catarsis solidaria nacional tras el incendio de la catedral ha evitado otro sábado caliente con las movilizaciones de los chalecos amarillos en París y otras ciudades como Burdeos o Toulouse. 

Más de 130 detenidos a media jornada en París, 14000 controles preventivos  y varios barrios del centro de la capital gala blindados y con el transporte fuertemente perturbado. Esta es la imagen que mostraba París a mediodía de este sábado, una tensa jornada para el gobierno francés ante la vigesimotercera jornada de movilización de los chalecos, que ellos mismos habían rebautizado como "jornada de ultimátum para Macron". 

Para este sábado había programadas cuatro manifestaciones de los chalecos amarillos, dos de ellas autorizadas pero no las otras dos. Las aurtorizadas han transcurrido durante la mañana con buen ambiente, reivindicativo pero festivo a la vez.  Las autoridades francesas habían desginado la prohibición absoluta de ir a manifestarse a dos zonas de la capital: los Campos Elíseos y el perímetro de seguridad establecido entorno a la siniestrada catedral de Notre Dame. El problema es que en las últimas horas se habían multiplicado los llamamientos de grupos radicales en redes sociales para invadir estos espacios. Jacqueline Moraud, una de las líderes moderadas de los Chalecos desde el principio de las movilizaciones ha señalado en la emisora France Info: "Es insoportable ver cómo el movimiento se ha pervertido". 

Tras vandalizar dos grandes tiendas de la Plaza de la República, un grupo de radicales "ha sido bien aplaudido por los chalecos amarillos que los acompañaban" ha señalado para la emisora pública France Info su periodista desplazado al lugar.

Según estimaciones del Ministerio del Interior, entre 1500 y 2000 jóvenes radicales, la mayoría pertenecientes a grupúsculos de la extrema izquierda, se pueden dar cita en varios puntos de la capital para acometer destrozos y vandalismo. El titular de Interior, Christophe Castaner, muy cuestionado por su labor en sábados anteriores de movilización, se encontraba a media joranda en el Palacio del Elíseo informando al presidente Emmanuel Macron del desarrollo de la jornada para la que el gobierno ha movilizado 60.000 gendarmes por toda la geografía francesa, 5000 de ellos en París. 

Los chalecos ante la respuesta de Macron

Este es un momento especial, sin embargo, porque los "chalecos amarillos" parecen borrosos y cada vez más divididos, mientras que el gobierno tarda en informar sobre las conclusiones del gran debate nacional, postergadas debido al incendio en la catedral. "Hay un discurso que se vuelca hacia el pathos por parte de nuestros líderes, aunque que podemos hablar de Notre-Dame de una manera más inteligente", dice Juan Branco, abogado de varios "chalecos amarillos" emblemáticos.

Juan Branco, partidario del movimiento, cree que no debemos "dejarnos absorber por este discurso lacrimógeno que reclama un aumento de la unidad y la solidaridad nacional y que significa que ya no hablamos de verdaderas cuestiones políticas".

Sin embargo, las medidas que Emmanuel Macron debía anunciar fueron divulgadas en la prensa. La más esperada, una bajada generalizada del impuesto sobre la renta con el incremento de dos tramos más para hacer el impuesto más progresivo. Una medida respaldada por el 82% de los franceses según un último sondeo de IFOP-.  En estos anuncios, los "chalecos amarillos" contactados fueron unánimes: "No están a la altura de las circunstancias. Creo que hay muchos anuncios de fachada", explica Béatrice Turpin, "chaleco amarillo "de la región parisina París.