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FRANCIA

La famosa Prisión de la Santé reabre tras su modernización

Después de cuatro años de obras, la parisina Prisión de la Santé acoge este lunes unos 80 detenidos en sus locales enteramente renovados y, por primera vez en Francia, equipados con teléfonos fijos en las celdas y con un nuevo sistema inhibidor de señales de celulares.

Entrada de la Prisión de la Santé, en París.
Entrada de la Prisión de la Santé, en París. AFP/Gérard Julien
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La célebre institución penitenciaria del distrito 14 de la capital francesa, de unos 2,8 hectáreas, terminó con su renovación. Este 7 de enero, unos 80 detenidos, provenientes de las cárceles sobrepobladas de Fresnes y Fleury-Mérogis, se verán afectados al servicio general antes de la llegada de 25 presos por semana a partir de mediados de enero.

Vestíbulo de la Prisión de la Santé.
Vestíbulo de la Prisión de la Santé. AFP/Gérard Julien

Inaugurada en 1867, la Prisión de la Santé vio pasar entre sus paredes a Alfred Dreyfus y el terrorista Carlos, entre otros. Jamás renovada en profundidad antes de 2014, se había vuelto el símbolo del deterioro de las cárceles francesas.

Una prisión moderna entre viejas paredes

Las obras, llevadas por una cooperación público-privado, costaron unos 210 millones de euros. La capacidad inicial del edificio es de 808 lugares, pero se prevé una tasa de ocupación de 150% a fines de 2019 y la mayoría de las celdas ya tienen dos camas.

Para la directora Christelle Rotach, la proeza fue conservar la Santé en su histórico estuche de piedra molar a la vez que se construyera una cárcel moderna: “Es un hermoso establecimiento, rehabilitado con gusto. ¡Y no es común decir esto de una prisión!”, declaró a la prensa.

Interior de una celda.
Interior de una celda. AFP/Gérard Julien

Salas de deporte, espacios abiertos para paseos, techos de vidrio en los pasillos, más luz natural en las celdas con grandes ventanas… Las celdas, equipadas con ducha, televisión, heladera y cocina de inducción, pasaron de 6m2 a 9m2. Una zona ultrasegurizada acogerá detenidos radicalizados, bajo la mirada de 380 vigilantes.

Una revolución en términos de telefonía

La cárcel será la primera en ser equipada “a la vez con un nuevo sistema inhibidor de señales de celulares y con teléfonos fijos en las celdas”, subrayó Christelle Rotach. Es la culminación de un proceso lanzado por el gobierno después de haber constatado la ineficacia del sistema inhibidor existente y la proliferación de los celulares.

En 2017, se batió un nuevo récord: 40.067 teléfonos y accesorios fueron decomisados en las 180 cárceles francesas que contaban entonces con 70.000 detenidos. El nuevo sistema se implementará progresivamente en otros establecimientos penitenciarios de Francia.

Por otra parte, “el acceso al teléfono fijo en las celdas es un elemento de apaciguamiento de la detención. Los detenidos podrán, sin restricción, llamar a su familia”, explicó Christelle Rotach.

Los presos podrán llamar únicamente a los números que hayan sido validados anteriormente. El costo de una llamada hacia un fijo será de 0,08 euro por minuto, y hacia un celular de 0,18 euro, muy por debajo de los precios actuales. La Dirección de la Administración Penitenciaria espera que esta medida contribuya a una mejor reinserción y a la prevención del suicidio.

Con AFP

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