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FRANCIA

Francia: Preocupa la escasez de medicamentos para enfermedades graves

En 2017, se alcanzó la cifra de 530 medicamentos indisponibles, incluso para enfermedades graves. El Colectivo Parkinson y los neurólogos han decidido alertar sobre la falta de medicinas para el tratamiento de esta enfermedad.

“La escasez no está terminada, nos enfrentamos a un problema inédito, con consecuencias inaceptables para la salud”, estima el senador socialista Yves Daudigny.
“La escasez no está terminada, nos enfrentamos a un problema inédito, con consecuencias inaceptables para la salud”, estima el senador socialista Yves Daudigny. FRANCK FIFE / AFP
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En Francia, la escasez de vacunas y de medicamentos para varias enfermedades es un fenómeno recurrente en los últimos tiempos y la lista se sigue alargando. Un informe del Senado del pasado 2 de octubre inventariaba no menos de 530 medicinas víctimas de escasez en 2017, diez veces más que hace diez años.

Mientras desaparecen cientos de tratamientos de las farmacias y hospitales, pacientes afectados por enfermedades como Parkinson o cáncer ya no se pueden curar correctamente porque su tratamiento está en ruptura de stock.

En primera línea, los enfermos de Parkinson

La asociación Francia Parkinson lanzó una petición dirigida al Gobierno para alertar sobre la escasez de medicinas para esta enfermedad. El laboratorio MSD había anunciado a finales de agosto una ruptura de stock prolongada de ciertas dosis del Sinemet, un medicamento tomado por cerca de 45.000 pacientes (sobre 200.000 enfermos de Parkinson) en Francia.

La ruptura de stock está prevista hasta marzo de 2019, debido al cierre de la fábrica estadounidense que lo produce, por un proceso de adaptación a las normas. “Alertamos los poderes públicos sobre el riesgo agudo de estas rupturas en la salud de personas ya duramente afectadas por esta enfermedad. Pedimos que cesen estas situaciones inaceptables”, escribe la asociación en su petición.

La agencia sanitaria francesa propuso alternativas en septiembre, pero estos otros tratamientos necesitan ajustes de dosis y pueden inducir desequilibrios en los pacientes acostumbrados al Sinemet.

Anticancerígenos, antibióticos, vacunas…

Las medicinas anticancerígenas son una parte importante de la lista. La escasez de ImmuCyst, utilizado para impedir la recaída en los casos de cáncer de la vejiga, es tal que “tuvieron que sacar este órgano a 600 pacientes entre 2012 y 2017; los que tienen el dinero suficiente se van a Suiza para curarse”, explica el urólogo Yann Neuzillet al diario francés Le Parisien.

Isabelle, entrevistada por Le Parisien, padece cáncer de la vejiga. De nueve, tuvo seis inyecciones de ImmuCyst, un tratamiento que salvó a su padre de la misma enfermedad. Entendió que las tres últimas inyecciones no llegarían cuando le dijeron que ImmuCyst estaba reservado a los casos más serios. “Me consolé diciéndome que no formaba parte de los enfermos más graves, pero estaba muy decepcionada”, comenta.

Antibióticos, antiepilépticos, medicamentos contra la hipo e hipertensión escasean. La lista también cuenta con algunas vacunas, contra la hepatitis A y B, o contra la tuberculosis (BCG), lo cual deja entrever, según el farmacéutico Martial Fraysse, una posible vuelta de la tuberculosis en los medios desfavorecidos.

Una situación debida a la deslocalización y la producción justo a tiempo

El 70% de los principios activos –las sustancias a las que se debe el efecto farmacológico de un medicamento– se fabrican en Estados Unidos o en Asia, y en un pequeño número de sitios. Si surge un problema en una fábrica, la producción se detiene. Fue lo que pasó con el Sinemet en Estados Unidos y con el ImmuCyst en Canadá.

El principio de producción justo a tiempo, al que los laboratorios obedecen para limitar los costos y evitar las pérdidas, agrava el fenómeno. Las reservas en medicamentos son reducidas al máximo, mientras la demanda mundial y las exigencias en calidad aumentan. Como consecuencia, los laboratorios prefieren vender a los mejores clientes, y no es el caso de Francia.

La Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento (ANSM) afirma que “la continuidad del tratamiento debe ser asegurada” e intenta tapar las brechas reservando lotes para los casos prioritarios. “La escasez no está terminada, nos enfrentamos a un problema inédito, con consecuencias inaceptables para la salud”, subraya el senador socialista Yves Daudigny. Un proyecto de ley podría ser la solución, según él.

En cuanto a las alternativas, el Ministerio de Salud desaconseja proveerse vía internet e insta a los pacientes a consultar a su médico, quien les propondrá un tratamiento de sustitución… si es que no está también en ruptura de stock.

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