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FRANCIA

Macron: menos popular, pero dispuesto a continuar sus reformas

Terminaron las vacaciones para el gobierno francés. Este miércoles el presidente Enmanuel Macron se reunió con su consejo de ministros para iniciar el segundo año de su programa de reformas. Un plan que se mantiene intacto, según ha dicho el propio mandatario, a pesar del contexto político y económico adverso para su gobierno.

Macron lidia con la incertidumbre económica y tropiezos políticos.
Macron lidia con la incertidumbre económica y tropiezos políticos. REUTERS/Gonzalo Fuentes
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Por Luis Miguel Cabrera.

La primera piedra en el camino hacia las reformas es la economía, que en 2018 crecerá menos de lo previsto. Ese contratiempo obligará a imponer recortes en el gasto público superiores al 2.3% previsto, es decir, mucho más de los 16 mil millones de euros propuestos inicialmente.

En ese sentido, la estrategia de la administración Macron será quitar más dinero a los sectores que no son prioridad para su gobierno y evitar mayores reducciones en la salud, educación, desarrollo sostenible, seguridad, justicia y defensa. Aun así, es una decisión controversial, porque sectores sensibles como la vivienda se verán afectados.

La iniciativa más riesgosa, no obstante, es la reforma a la ley de jubilación. Macron ha dicho que pondrá fin a los regímenes especiales, que garantizan derechos o compensaciones adicionales a los retirados. En este sentido, los sindicatos han anticipado que movilizarán a todo el país para mantener el ordenamiento actual.

En las próximas semanas, se conocerán también los planes del Estado para reducir la pobreza y mejorar la atención de salud, también sujetos a la polémica.

Por el momento, la ventaja para el mandatario es que su movimiento político, la République en Marche, es mayoría en la Asamblea Nacional, lo que garantiza la aprobación de la mayoría de sus iniciativas. Tampoco supone un peligro significativo para Macron el relativo fortalecimiento de la dividida oposición, que tiene más municiones luego del escándalo del caso Benalla.

Lo que sí se tambalea son las bases del gobierno: el electorado. Casi 70 por ciento de los franceses desaprueban la gestión de su presidente, que en un año de reformas no ha beneficiado a la creación de empleo ni al aumento del poder adquisitivo.

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