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Vida en el Planeta

En busca de perfumes milenarios de China

Primera modificación:

Nada se pierde, al menos para algunos museos, investigadores, expertos o simplemente curiosos amantes del legado universal. Gracias a esta pasión por el patrimonio mundial, el museo Cernuschi, en París, conjuntamente con el CNRS y Perfumes Dior, invitan a descubrir perfumes de la época de la China Imperial y a respirar aromas fabricados para esta exposición, a partir de recetas antiguas.

Pebetero de la Disnastía Tang (618-907). Cerámica con decorado "tres colores". París, museo Cernuschi.
Pebetero de la Disnastía Tang (618-907). Cerámica con decorado "tres colores". París, museo Cernuschi. ®SilviaCeli/RFI
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La actualidad internacional nos hace temer que algún día el patrimonio mundial, en cualquiera de sus expresiones, desaparecerá de la esfera terrestre.

El mundo ha visto con horror como terroristas, en algunos países, han destruido voluntariamente joyas arquitectónicas milenarias o han pillado valiosos objetos de los museos para introducirlos en el comercio ilícito y así poder financiar sus fechorías.

Paradójicamente, museos, artistas, expertos, entre otros, han logrado reproducir tradiciones u objetos que habían desaparecido.

Hace ya muchos años, el museo del Louvre en París, presentó una interesante exposición sobre los maquillajes que empleaban los faraones, gracias al estudio de muestras encontradas en las piramides y en algunas excavaciones arqueológicas, en Egipto.

Desde principios de este año, la Escuela de Artes de la Joyería de Van Cleef & Arpels, expone las réplicas de los desaparecidos diamantes de Tavernier, adquiridos en el siglo 17 por el Rey Luis 14. Su reproducción fue lograda gracias a documentos de la época, a técnicas sofisticadas y a la maestría de un famoso tallador de diamantes canadiense, Patrick Dubuc.

Aromas de la China milenaria

Otro museo parisino, Cernuschi, presenta por primera vez en Europa 110 objetos de arte y arqueología que muestran la civilización china desde el siglo III antes de nuestra era hasta el siglo 19, a través de los perfumadores y de aromas de la China Imperial.

Lo interesante de esta exposición es que se pueden oler perfumes que los chinos fabricaban hace centenares de años. Cómo lograron reproducir esos aromas tan antiguos?

“Las recetas de esos perfumes fueron halladas en textos antiguos por el consejero científico de la exposición, Eric Obranger, quien los tradujo al francés y luego encontró las equivalencias de las medidas", explicó a RFI Eric Lefebvre, director del museo Cernuschi y curador de la exposición Perfumes de China.

"A partir de allí, Francois Demachy, de la casa de perfumes Dior, reprodujo esas recetas, lo que no fue nada fácil porque había que encontrar los ingredientes e interpretar los aromas para finalmente proponer al público cuatro experiencias olfativas de cuatro períodos importantes de la historia del perfume en China", añadió.

En la última sala el museo "propone una versión aromática contemporánea de la tradición china. Para lograrlo, Demachy añadió algunas flores chinas como el jazmín y así creo un perfume contemporáneo para el público”, precisó Lefebvre.

Los chinos perfumaban el ambiente con esencias aromáticas e incienso con fines rituales, pero también el cuerpo.

“No solo perfumaban el ambiente, también la ropa que colocaban al lado de humo aromático para que se impregnara. Además tenían recetas fascinantes para perfumar el cuerpo como una de píldoras que había que ingerir y al cabo de ocho días, más o menos, el cuerpo empezaba a oler a tal punto que el aroma pasaba a través de la ropa”, explicó por su lado Fréderic Oranger, director del laboratorio de investigaciones sobre China, Corea y Japón del Centro Nacional de Investigaciones Científicas y consejero científico de la exposición.

Honestamente, los aromas milenarios no son muy tentadores…pero bueno, como sobre gustos y colores no han escrito los autores…según reza un refrán…¿sería posible comercializar uno de esos perfumes antiguos?

“Si quiere...a mí me fascinó lo que encontramos pero…a decir verdad, el gusto natural por un perfume no existe. Ese gusto se construye de manera social y cultural. En occidente, por ejemplo, estamos acostumbrados a aromas florales o dulces. Mientras que en esos aromas chinos antiguos hay un dominante más pesado, resinoso, de musgo. Pero bueno, ¿por qué no poner en boga el gusto por ese tipo de perfume?, sugirió Oranger.

Esta exposición estará abierta en el Museo Cernuschi, en París, hasta el próximo 26 de agosto.

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