Los contrastes de los 100 primeros días de Macron
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Se cumplen 100 días de la presidencia de Emmanuel Macron con pocos rastros ya del estado de gracia que se le presupone a un novato.
A pesar de su gran despliegue en materia internacional, su política interior le ha costado la popularidad. Según el último sondeo del Ifop, el Instituto de Opinión francés, tan solo el 36% de la población está satisfecha con su acción mientras que un escaso 23% piensa que las medidas puestas en marchas contribuirán a que el país vaya a mejor.
La pompa que ha rodeado a los grandes actos internacionales, como la visita de Vladimir Putin en el Palacio de Versalles a finales de mayo, o la del estadounidense Donald Trump durante el desfile oficial del 14 de julio, han quedado para los galos como meras imágenes de puesta en escena. Frente a ello, el silencio de Macron en cuestiones nacionales importantes, como los escándalos que desencadenaron la dimisión forzada de cuatro de sus ministros o el retraso de medidas anunciadas y muy esperadas como la supresión del impuesto de vivienda para las clases bajas, al tiempo que la ayuda al alojamiento baja 5 euros mensuales, han violado la confianza de los ciudadanos, ligeramente perdidos con cuál es el plan real de Emmanuel Macron para Francia.
Romain Pasquier, profesor de ciencias políticas en Sciences Po Rennes, evoca también el sonado enfrentamiento con el ya ex jefe del Estado Mayor, el general Pierre de Villiers, que se fue sermoneado por el presidente pero con todo el apoyo del ejército, lo que creó un “problema de conciencia con la opinión pública francesa”.
Pasquier atribuye los errores también a una falta de “experiencia de los nuevos ministros y diputados que vienen de la sociedad civil pero no tiene una experiencia muy fuerte en política”. “Hubo errores de comunicación, errores de táctica política”, explica Pasquier.
El cambio en la opinión pública dependerá sin duda de las próximas acciones, aunque el presidente y su gobierno cuentan con 5 largos años para recuperar la confianza de los franceses.
Entrevistado: Romain Pasquier es profesor de Ciencias Políticas en la escuela de Sciences Po de Rennes.
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