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Enfoque Internacional

Consulta masiva para salvar la agricultura francesa

Primera modificación:

Desde este jueves y durante seis meses se llevará a cabo un gran debate nacional sobre la alimentación que reúne a todos los actores del sector: el gobierno, agricultores, la industria y ONGs. El propósito es resolver la difícil ecuación de cómo comer saludablemente a un precio asequible dejando satisfechos a los productores de los alimentos y a los que los transforman y distribuyen.

Tierra restaurada para la agricultura.
Tierra restaurada para la agricultura. © RFI/Yaya Boudani
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En un país donde el terruño es patrimonio nacional y el buen comer es estandarte francés, los estudios muestran que se consume cada vez más productos transformados de frágil calidad nutricional. 17% de la población del país es obesa. Mientras tanto, los que producen la materia prima viven una profunda crisis. La tasa de suicidio de los agricultores está en constante alza.

Es por ello que durante seis meses se llevará a cabo un gran debate nacional entre el gobierno, los agricultores, la industria y representantes de la sociedad civil para resolver una difícil ecuación: cómo comer saludablemente, a un precio justo, protegiendo los intereses de los agricultores y de los industriales. Y eso claro, respetando las cuotas de la Unión europea.

"Estoy consciente del hecho de que estos últimos años han sido difíciles. Ciertos sectores como el de los cereales y el de la vinicultura han sufrido con las malas condiciones climáticas. No son los únicos. Otros como el sector lácteo y cárnico viven una crisis duradera. Lo que cambió la globalización es que nos hizo ver que no podemos combatir sus consecuencias cada quién por su lado. El proceso será largo, probablemente imperfecto. Es una apuesta que debemos intentar en el marco de esta consulta general", declaró Edouard Philippe, el Primer ministro francés en el lanzamiento del evento.

Luc Smésard, productor de cereales no podría estar más de acuerdo: "Estamos viviendo nuestros peores años. No es tolerable. Hay que parar la práctica que consiste en que el productor sea la variable de ajuste del precio. Tiene que existir una mejor distribución entre los agricultores, los industriales y los supermercados si no queremos desanimar a los jóvenes agricultores que quieren trabajar".

Los agricultores acusan a los grandes distribuidores de exprimirlos para aumentar cada vez más sus márgenes de ganancia obligando a algunos productores a centrarse en la agricultura intensiva, a invertir en maquinaria costosa y a trabajar largas jornadas por muy poco.

El eterno debate del poder adquisitivo

Los industriales argumentan que luchan por el poder adquisitivo de los franceses ofreciendo alimentación asequible. Así lo ha explica Michaël Irribarren, campesino en el país basco francés y miembro del comité nacional de la Confedération paysanne. Un sindicato agrario que aboga por dejar atrás los métodos intensivos. “Estamos desapareciendo todos los días”, dice.

La mitad del casi millón de agricultores franceses ganan menos de 350 euros al mes. En promedio cuatro veces menos que el salario mínimo del país.

Michaël Irribarren aplaude la iniciativa del gobierno porque según él este diálogo es fundamental para la supervivencia del oficio.

El sindicato de Irribarren sostiene que la globalización pone de rodillas al gremio. Se importan a Francia productos menos costosos que se pueden cultivar localmente.

El principal sindicato agrario del país, la Federación nacional de sindicatos agrícolas también denuncia el sistema global alentando al mismo tiempo a sus miembros a producir en gran cantidad para  exportar. En esas divergencias y en tantas más se nota el gran desafío que tienen estos Estados generales de la agricultura.

A esto se agrega el factor salud. Los pesticidas que se usan para proteger las cosechas originan, según numerosos estudios, cánceres y malformaciones de toda índole.

Es por ello que Nicolas Hulot, ministro de la transición energética ofreció una imitación de Martin Luther King: "Sueño con un país reconciliado, en el que los agricultores y los consumidores  viven en armonía, con una agricultura diversificada que se abre sin agresividad ni prejuicios a la agricultura biológica, a la agroecología, a la permacultura".

De aquí a diciembre diversas visiones de la agricultura se confrontarán. Si bien el resultado final parece muy incierto, desde ya las asociaciones de consumidores temen un aumento de los precios que podría satisfacer a casi todas las partes.

 

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