Mucha sal y pocas fibras en las cocinas francesas
Los franceses consumen demasiada sal, son cada vez más sedentarios y no ingieren las cinco frutas y verduras recomendadas al día, según la Agencia nacional de seguridad sanitaria francesa, que publica un nuevo informe este miércoles.
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Las autoridades sanitarias empañan la imagen del francés del buen comer. La mesa francesa promedio le deja mucho espacio a la sal y a los productos transformados industrialmente como los platos ya preparados, los postres, las pizzas, las galletas, las sopas, etc. La Agencia nacional de seguridad sanitaria francesa deplora que las fibras que contienen las frutas, las verduras y las leguminosas no tengan el protagonismo que merecen en las cocinas del país por sus aportes nutritivos.
Esta agencia destaca también el aumento del consumo de complementos alimenticios desde el 2007. Se tratan de vitaminas y minerales que se encuentran normalmente en una alimentación equilibrada.
Se apunta también que el sobrepeso y la obesidad siguen siendo temas preocupantes sobre todo cuando se habla de niños y adolescentes. El sedentarismo y la mala alimentación son un cóctel explosivo. La mitad de los 11 a 14 años, dos tercios de los adolescentes de 15 a 17 años y más del 80% de los adultos de los 18 a 79 años están afectados por el sedentarismo. En pocas palabras, las pantallas remplazan las actividades físicas.
Además, la agencia da un panorama del comportamiento alimenticio de la población. Las mujeres parecen preferir los yogures, las compotas, la carne de pollo y la sopa. En cambio, los hombres parecen preferir los quesos, la carne roja, los fiambres, las papas, y los postres.
Con agencias.
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