Muere Simone Veil, la impulsora de la legalización del aborto en Francia
La ex ministra murió este viernes a los 89 años de edad. En 1974 logró, bajo la presidencia del centrista Valéry Giscard d’Estaing, aprobar la despenalización del aborto. Fue también una militante por la memoria del Holocausto judío. Ella misma había sido deportada a los 16 años con su familia al campo de concentración de Auschwitz en 1944. Fue una férrea defensora de la Unión Europea y se convirtió en la primera mujer en presidir el Parlamento europeo.
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Simone Veil era sin duda una de las personalidades preferidas de los franceses. Una mujer de carácter que cambió la historia de Francia enfrentándose a muchos sectores conservadores cuando en 1974 recién nombrada ministra de Salud capitanea la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo.
"Ninguna mujer recurre, por gusto, al aborto. Basta con escuchar a las mujeres. Siempre es una tragedia", decía Veil ante una asamblea francesa en ese entonces mayoritariamente masculina. Se enfrenta entonces a insultos e intimidaciones.
Años después reconocería en un libro de entrevistas con la periodista Annick Cojean que nunca se imaginó “el odio que iba a suscitar”, ese avance para las mujeres francesas entre los adversarios a la ley.
Pero Simone Veil no sólo era conocida y respetada por ese logro, sino también por haber jugado un papel fundamental en la defensa de la memoria histórica. Era reconocida su lucha por no olvidar el holocausto, el exterminio nazi contra los judíos, que ella conoció de primera mano.
Nació en Niza, en el sureste de Francia, en 1927 en el seno de una familia judía y laica, los Jacob. Era una superviviente del campo de exterminio de Auschwitz, adonde fue deportada junto a su familia en 1944, entonces tenía 16 años.
Mujer de armas tomar, destacó por su labor humanista y por su compromiso en favor del entendimiento de los pueblos y contra el racismo. Fue la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo entre 1979 y 1982. "Una Europa de la solidaridad, de la independencia, de la cooperación" defendía entonces desde Bruselas.
Fue miembro del Consejo Constitucional, la máxima autoridad judicial francesa, durante casi una década e integrante de la Academia francesa. Aunque ya un poco delicada de salud, su último compromiso con política fue en 2007 cuando apoyó la candidatura del derechista Nicolas Sarkozy.
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