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Grandes Reportajes de RFI

Benoît Hamon, 'el anticandidato'

Primera modificación:

El candidato socialista, Benoît Hamon, se ha hundido en los sondeos en las últimas semanas. Hasta el punto de que aparece en quinta posición y con una intención de voto por debajo del 10%. Defensor de la renta básica universal, un impuesto a los robots, una economía verde y la legalización de la marihuana no ha conseguido seducir a un electorado de izquierdas más tentado por un voto útil para evitar una segunda vuelta entre candidatos de la derecha. Y es que estos días revive el fantasma de 2002 con el duelo entre Jacques Chirac y Jean-Marie Le Pen.  

Benoît Hamon defiende la renta básica universal y el impuesto a los robots.
Benoît Hamon defiende la renta básica universal y el impuesto a los robots. REUTERS/Christian Hartmann
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Se ha convertido en una costumbre escuchar a los electores franceses más progresistas decir que “por convicción” votarían a Benoît Hamon, pero que visto lo que auguran los sondeos, votarán por el favorito, el liberal Emmanuel Macron o por Jean-Luc Mélenchon, que ha protagonizado un sprint de vértigo en las encuestas colocándose en posiciones de finalistas.

Todo sea por no tener que elegir en el segundo round entre la ultraderechista Marine Le Pen y el conservador François Fillon. Y es que a estas alturas todo es posible para estos cuatro candidatos.

Parece difícil que Hamon pueda desafiar a los sondeos el próximo 23 de abril como hizo durante las primarias de su partido en enero, unos comicios que ganó holgadamente contra al ex primer ministro Manuel Valls, favoritísimo en las gráficas. 

Es indudable que Hamon sufre de la tiranía de las encuestas y también por tener que soportar el balance del presidente saliente François Hollande, también socialista. Su fatalidad se ve retroalimentada cada vez que se publica un nuevo sondeo. Pero eso no lo explica todo.

La sangría de pesos pesados socialistas hacia Macron

El candidato socialista no tiene el respaldo de todos los miembros de su formación, dividida entre el ala más izquierdista, de la que sale Hamon, y la más demócrata liberal, encarnada por Manuel Valls.

Si algunos lo apoyan tímidamente, otros han abandonado el barco de forma descarada como el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian o el propio Valls. “Una puñalada por la espalda”, nos dice Liza, militante socialista en el mitin de París el pasado 19 de marzo.

“Esta es una campaña particularmente sucia, sobre todo entre los que participaron en las primarias. Ha habido deslealtad. Ahora llegó la hora de la verdad. Saquemos lo que saquemos en estas elecciones, va a ver transparencia. La gente liberal refugiada en el domicilio socialista, que se vaya”, explica Francisco Daniels, franco chileno afincado en Besançon.

Aconsejado en su programa por el mundialmente conocido economista Thomas Piketty, autor de ‘El Capital del siglo XXI’, las propuestas estrella de Hamon son el impuesto a los robots y la renta básica universal. “Como decía François Mitterrand, cuando Francia encuentra una buena idea, dan juntos la vuelta al mundo”, recuerda Hamon en sus mítines.

El problema es que la vuelta muchos socialistas no están dispuestos a darla. Por ejemplo, el tema de la renta básica universal se ha ganado las críticas de muchos pesos pesados de su partido que la juzgan irrealizable, imposible de financiar y una renuncia definitiva a la búsqueda de soluciones para relanzar el empleo. Exactamente las mismas críticas que los demás candidatos.

Benoît Hamon no es una estrella

Hamon es el que tiene el aire más juvenil de la campaña. Prefiere las chupas de cuero a las americanas y las corbatas, aunque se las haya puesto durante la campaña. Y es que Hamon es un tipo normal, muy universal, que no apela ni a los grandes discursos ni a la retórica tremendista de los demás candidatos.

Un estilo que le ha pasado factura en esta campaña en un país donde se espera que el presidente sea un hombre “providencial”. Para muchos le ha faltado tiempo para imponer su estilo. “No tenemos el tiempo hoy para explicar un programa un poco diferente cuando los demás candidatos llevan tiempo explicándolo. La población no entiende que su programa es realizable, se trata de definir nuevas prioridades”, explica Stéphane Gómez, alcalde adjunto PS en el Ayuntamiento de Vaulx en Velin, en las afueras de Lyon.

Para otros, se trata de una cuestión de carácter. Hamon no sería el hombre de la situación. “La elección presidencial en Francia está concebida en la Constitución actual como la elección de un hombre providencial. Y Hamon sufre de esa falta de notoriedad porque sobre todo se juega los votos con Jean-Luc Mélenchon y él sí que adopta ese rol de hombre providencial”, explica Reynaud Peyre, director de Sciences Po Lyon.

‘Un futur désirable’, (un futuro deseable) éste es uno de los mantras que Benoît Hamon no ha dejado de repetir en su campaña. Y es que tal vez aún no haya llegado el momento de ese futuro deseable.

Con esta candidatura, Hamon no solo se juega su futuro político, sino el futuro del Partido Socialista francés que parece abocado a sufrir el peor batacazo de su historia y desencadenar una crisis sin precedentes.

‘Petit Ben’, de las juventudes socialistas a la candidatura presidencial

Los elefantes del Partido Socialista solían llamar a Hamon ‘Petit Ben’, un apodo que le puso la ex ministra Martine Aubry y actual alcaldesa de Lille. Nacido en Bretaña hace 49 años es militante del PS desde los 19. Hamon se convirtió a principios de los años 90 en presidente de las juventudes socialistas lo que auguraba un futuro ascendente en la formación.

Fue asesor de Lionel Jospin, entre 1995 y 2000, cuando éste era líder socialista. Ya en el gobierno, estuvo en el gabinete de Aubry quién ideó en el ministerio de Trabajo la semana laboral de 35 horas. Tras su paso por el Parlamento Europeo, fue elegido portavoz del PS y más tarde diputado.

En el gobierno de François Hollande fue nombrado en 2012 ministro delegado de la Economía social y solidaria y tras un fulgurante paso de cuatro meses por la cartera de Educación abandonó el ejecutivo en 2014 junto a otros ministros como Arnaud Montebourg y Auréli Filippetti por sus discrepancias con medidas que juzgaban demasiado liberales.

En 2016 se declaró candidato a las primarias de la izquierda que ganó en segunda vuelta de forma inesperada contra el ex primer ministro Manuel Valls.

Escuche el reportaje sobre Benoît Hamon en París y Lyon haciendo click en la foto. Un reportaje de Aída Palau y Pierre Zanutto en la realización.

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