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Francia

La difícil organización de un islam francés

Las autoridades francesas se reunieron con los representantes islámicos del país para reforzar la capacitación de los imanes y disminuir la dependencia financiera exterior de las mezquitas en un momento de alta tensión por atentados y polémicas.

La Gran Mezquita de París recibe cada año dos millones de euros de Argelia.
La Gran Mezquita de París recibe cada año dos millones de euros de Argelia. wikipedia
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El gobierno quiere un islam francés, libre de la influencia de regímenes de Oriente Medio. Para ello, el Estado francés y representantes musulmanes lanzaron este lunes las bases de una organización basada en dos pilares: una fundación laica y una asociación de culto que carezcan de apoyo extranjero.

La fundación, que será presidida por el ex ministro del Interior Jean-Pierre Chevènement, junto a escritor Tahar Ben Jelloun, el islamólogo reformista Ghaleb Bencheich, el rector de la mezquita de Lyon Kamel Kabtane y la empresaria Najoua Arduini-Elatfani, tendrá por objetivo financiar proyectos profanos. Es decir, tesis de investigación sobre el islam o becas.

Debido a la ley sobre la laicidad de 1905, será una asociación de culto sin la presencia del Estado la que se encargará por su parte de la capacitación de imanes y de construcción de mezquitas.

El gobierno francés quiere de esta forma promover un clero con formación teológica en universidades francesas (y no en institutos privados como ahora) y en sintonía con los principios republicanos. Además, busca que las mezquitas dejen de depender del dinero la influencia de regímenes autoritarios o que promuevan el radicalismo islámico.

Estas dos estructuras no podrán recibir dinero del extranjero. La iniciativa, que apunta a evitar las injerencias, no es necesaria, afirma Henri Peña Ruiz, especialista en Laicidad del Instituto de Estudios Políticos de París.

“Arabia Saudita puede financiar una mezquita en Francia, ¿qué importa? El hecho de financiar no significa que Arabia Saudita pueda imponer un imán salafista porque pagar el lugar de culto no da derecho a estados extranjeros a cambiar la ley republicana”, apunta en diálogo con RFI.

“Tomemos un ejemplo real, el del imán [Abdelkader] Bouziane, que llamó a pegarle a una mujer adúltera en la mezquita de Lyon, que había sido financiada en parte por Arabia Saudita. Eso no impidió al Estado francés hacer un juicio y castigarlo de manera muy fuerte porque perpetraba un delito muy claro, llamar a la violencia contra una persona física. Por eso para controlar no hay necesidad de pagar”, estima.

Otra de las pistas exploradas por el gobierno para una financiación independiente del islam francés es la comida halal, un mercado que según distintas estimaciones equivale a unos 5.000 millones de euros al año.
 

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