Airbus anuncia el fin de producción de su emblemático modelo A380
El fabricante aeronáutico Airbus anunció este jueves el fin de la producción del A380, un avión gigante con capacidad para hasta 850 pasajeros en servicio desde 2007, debido a la falta de pedidos.
Primera modificación:
Nunca consiguió despegar comercialmente. Y doce años después de lanzamiento, el consorcio europeo resolvió poner fin a la aventura del Airbus A380. Abandonado por las principales compañías aéreas, el programa A380 se mantuvo en vida gracias a una disminución de la producción que pasó de 27 aparatos en 2015 a uno por mes en 2018.
La decisión anunciada este jueves era esperada luego de que su principal cliente, Emirates, anunciara su intención de dar marcha atrás en su encargo, reduciendo su pedido inicial de 53 a 14 aviones. Emirates había convertido el A380 en un símbolo de lujo con cabinas privadas con ducha y un salón con un bar.
El A380 es un éxito tecnológico, pero demasiado caro. La aeronave que debía competir con el Boeing 747 consume demasiado combustible y, por lo tanto, ya no se adapta realmente a las necesidades actuales del mercado de la aviación.
Además, el "Super Jumbo" de Airbus se mostró incapaz de resistir la competencia de los nuevos aviones bi-reactores de larga distancia, como el 787 de su rival estadounidense.
Airbus asume hoy las consecuencias: sus líneas de montaje se detendrán dentro de dos años. Los 3.000 trabajadores afectados serán trasladados a la producción de otros modelos comercialmente más eficientes. Desde el punto de vista social, debería ser una medida de bajo impacto, pero se trata de un duro golpe para la reputación del grupo.
A380 engrosará el cementerio del fabricante europeo de "elefantes blancos", donde ya están enterrados el Concorde o la Caravelle, el primer turborreactor francés. Los últimos aparatos serán entregados en 2021.
También es un golpe importante para sus finanzas. Aunque no puso en el aire más de 300, Airbus habría gastado un total de 20.000 millones de euros en el modelo que hoy sale de pista: una verdadera catástrofe económica.
Para los accionistas de la compañía en cambio, es una buena noticia, ya que al quitarse este lastre económico, la compañía será más rentable.
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