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Córcega, Flandes o Lombardía esperan que Cataluña aliente sus aspiraciones

Hay otras regiones de Europa que esperan recoger frutos del desafío independentista catalán. RFI traza el recorrido del nacionalismo regional europeo. Las aspiraciones de diferente naturaleza y magnitud pero con un denominador común: desafiar a sus gobiernos centrales y al conjunto de la UE.  Con el proyecto europeo en entredicho tras el terremoto del Brexit, Bruselas se juega su futuro tanto como España en la crisis catalana

Una mujer con la bandera estelada en Cataluña
Una mujer con la bandera estelada en Cataluña REUTERS/Susana Vera
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Existe una razón de peso por la que Europa refuerza estos días sus mensajes a la unidad constitucional española. Bruselas pretende fijar una posición firme frente a otras regiones del continente donde pueden emerger focos nacionalistas alentados por los aires que soplan en Cataluña. En las últimas semanas, dirigentes de Córcega o de Flandes han expresado sus simpatías por los independentistas catalanes y observan con interés como se desarrolla el "procès" de desconexión de España. Su hoja de ruta, sus dificultades  y su puesta en escena.

La lista de regiones con  algún tipo de aspiración nacionalista es larga en Europa y afecta a diversos países, si bien los apoyos que tienen entre la población local son muy variables según los casos. En una época marcada por los esfuerzos por salir definitivamente de la crisis económica, cualquier foco de inestabilidad es visto con preocupación por los dirigentes de Bruselas que pretenden desactivar como sea la crisis catalana. 

 

Córcega (Francia)

Córcerga es la única región, aparte de los territorios de ultramar, que dispone de un estatuto particular en Francia. Precisamente en junio, tras la llegada de Macron al Elíseo, se eligió por primera vez a tres diputados nacionalistas de esta isla de 300.000 habitantes. Fue hace tres años cuando el Frente Nacional de Liberación de Córcega (FNLC) , que durante décadas llevó a cabo aproximadamente un millar de asaltos, atentados con dinamita y robos a mano armada contra bancos y estructuras turísticas, anunció que deponía las armas. Desde finales de los años 90, la organización arrastraba fuertes disputas internas. Las distintas corrientes dentro de la organización llegaron incluso a enfrentarse en una «guerra abierta» en 1995, que acabó con 15 muertos y varios heridos. La Asamblea de Córcega lleva años reclamando que el corso sea reconocido como idioma oficial junto al francés y que la isla pueda dotarse de un estatuto fiscal específico. Pero París sólo ha ido accediendo a pequeñas concesiones. A partir de enero de 2018 se va a instaurar una colectividad única en sustitución de los dos departamentos actuales. Pese a que Macron ha destacado por su firme apoyo al estado constitucional unitario en España durante estas últimas semanas, la «excepción» francesa también vino de la isla: el pasado 22 de septiembre, la Asamblea regional destacó la «legitimidad incontestable del Gobierno de Cataluña». Los principales líderes nacionalistas corsos aplauden el viento a favor que puede otorgarles el desafío catalán.

 

País Vasco (España / Francia)

La tensión independentista del País Vasco lleva años desactivada, desde la disolución de Batasuna, brazo político de la banda terrorista ETA, en enero de 2013. El final de la banda y el cese de la violencia abrieron una etapa nueva en España tras 40 años de historial negro con 829 asesinatos. Sin embargo, el separatismo vasco no ha desaparecido. La coalición de izquierda independentista Bildu es la segunda fuerza regional. Pero en el caso vasco, hay una clave que lo diferencia del catalán en cuanto a su encaje en España. El País Vasco se beneficia de una fiscalidad ventajosa, sistema denunciado en ocasiones por dirigentes de otras comunidades autónomas españolas y reclamado por dirigentes catalanes. El pasado 24 de septiembre, el presidente regional, el lehendakari Iñigo Urkullu (nacionalista conservador moderado) llamó al reconocimiento de las naciones vasca y catalana. 

 

Flandes (Bélgica)

El caso de Flandes trasciende a lo que sería una región. Es la mitad (rica) de Bélgica.  El principal partido nacionalista flamenco, Nueva Alianza Flamenca, es una de los cuatro fuerzas de la coalición del Gobierno presidido por el liberal francófono Charles Michel y, ya sea por convicción o pragmatismo, ha abandonado sus fuertes reivindicaciones independentistas, al menos temporalmente. El eje de su programa consiste en que Bélgica acabe convirtiéndose en un estado confederal. Una opción que supone una continuidad lógica ya que el país en los últimos 50 años ha vivido seis reformas constitucionales que han ido desposeyendo poco a poco de competencias al Ejecutivo central. Flamencos (al norte del país y de habla neerlandesa) y valones (francófonos, que viven al sur, y pobres tras una dolorosa reconversión industrial) comparten el mismo territorio en dos estructuras estatales prácticamente duplicadas. Por otra parte,Bruselas, también capital europea, es otro elemento de lucha para los dos bandos

 

   
Lombardía y Véneto (Italia)

El 22 de octubre se celebra un referéndum en las regiones de Lombardía y Véneto con el objetivo de lograr una mayor autonomía. El presidente de Lombardía, Roberto Maroni, miembro de la Liga del Norte, subrayó que el referéndum se lleva a cabo "en el marco de la unidad nacional, que no se trata de independencia".  La Liga del Norte, que promovía en sus orígenes la independencia de la "Padania", que designaba el norte de Italia, es ahora una fuerza federalista con un discurso contra el euro y los inmigrantes. Independencia latente o no, el pasado mes de febrero el Gobierno italiano de Paolo Gentiloni tuvo que impugnar una ley del Véneto que preveía reconocer su población como una «minoría nacional» presente dentro del Estado italiano. La Carta Magna italiana prevé, en su Artículo 116, la posibilidad de un mayor grado de autonomía para las regiones que no disfrutan de un Estatuto especial, como es el caso de los territorios de Valle D’Aosta, Trentino-Alto Adige, Friuli-Venezia-Giulia, Cerdeña y Sicilia.

 

Islas Feroe (Dinamarca)

Las islas Feroe, archipiélago de Dinamarca en el Atlántico Norte, celebrarán en abril de 2018 un referéndum sobre una nueva constitución que contempla el derecho a la autodeterminación. Ese territorio, que obtuvo su autonomía en 1948, tiene un parlamento y soberanía sobre las aguas territoriales. Sin embargo la diplomacia y la defensa siguen en manos del gobierno central danés.

 

Escocia (Reino Unido)

Región semi-autónoma desde 1998, Escocia dispone de un parlamento con una amplio abanico de competencias, salvo la diplomacia y la defensa competencia exclusiva del gobierno británico. En 2014, Escocia celebró un referéndum de autodeterminación en el que 55% de los votantes rechazaron la independencia. El triunfo del Brexit reactivó la idea de un nuevo referéndum en 2018, pero los malos resultados obtenidos en las legislativas de junio pasado por el Partido Nacional Escocés (SNP) llevaron a que la primera ministra escocesa Nicola Sturgeon aplazara la decisión. Tras el referéndum del domingo en Cataluña, Nicola Sturgeon exhortó a España a "cambiar de rumbo" y condenó la represión policial.

 

(Con agencias France Presse, Reuters, The Guardian y Europa Presse)

 

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