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Enfoque Internacional

El día que los catalanes votaron en medio de la represión policial

Primera modificación:

A pesar la prohibición de la consulta popular catalana por parte de la justicia española, y el envío de más de 12.000 policías antidisturbios, el referéndum por la independencia de Cataluña tuvo lugar. ¿Cómo fueron las tensas horas de votación el domingo?

La policía antidisturbios española confronta a la gente que se presentó a votar en el referéndum por la independencia de Cataluña prohibido por la justicia de Madrid, el 1 de octubre de 2017.
La policía antidisturbios española confronta a la gente que se presentó a votar en el referéndum por la independencia de Cataluña prohibido por la justicia de Madrid, el 1 de octubre de 2017. REUTERS/Susana Vera
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Desde Barcelona, por nuestro enviado especial Raphael Morán.

“¡Queremos votar!”, coreaban cientos de votantes aglutinados contra un cordón policial en Barcelona. Con el envío de 12.000 refuerzos policiales en toda Catalunya, Madrid quiso impedir a toda costa el referéndum separatista considerado ilegal por el tribunal constitucional.

“Yo he estado aquí a las 5:30 de la mañana intentando votar: La policía no deja votar y está contra toda la gente. Es vergonzoso. Había mucha gente y luego ha venido la policía antidisturbios. Incluso han tirado por el suelo a viejecitas de 80 años que querían votar y la gente lo único que hace es tener las manos levantadas intentando votar diciendo que somos gente de paz. Es una vergüenza. Como ven hay mucha represión aquí”, dijo a RFI un elector que pidió mantener su anonimato.

En total la evacuación de centros de votación y el enfrentamiento con la población dejó un saldo de 800 heridos, según cifras del gobierno catalán, Madrid insiste por su parte en las víctimas del lado de las fuerzas de policía. Las imágenes de votantes ensangrentados inundaron las redes sociales, las cadenas informativas y las redes sociales, dañando severamente la imagen del gobierno de Mariano Rajoy, intransigente contra el separatismo catalán.

Pese al cierre de más de 300 centros de votación, más de 2000 estuvieron abiertos como la escuela Llorrers de Barcelona donde el voto tardó en arrancar

“Tenemos una aplicación para que se pueda probar que la gente no pueda votar más de una vez. Pero la están complicando para que no se pueda utilizar, se está cayendo todo el rato”, dijo a RFI Luisa, encargada de una mesa de votación en Barcelona.

Uno de los múltiples subterfugios de los catalanes para evitar la censura de Madrid. Durante todo el fin de semana, colectivos de vecinos ocuparon los centros de votación de manera festiva para impedir que la policía los cerrar en virtud de una orden judicial. Y para evitar más confiscación de material electoral, las urnas fueron escondidas y entregadas clandestinamente en la madrugada.

En las colas nos ha sido imposible encontrar votantes a favor del NO. Y es que muchos adversarios de la independencia no fueron a votar.

Lo que llevo aquí es la bandera de España porque soy española por los cuatro costados. He nacido en Andalucía, me he criado en Cataluña pero soy española. Esto es un golpe de Estado de Puigdemont y de todo el gobierno de Cataluña. Cada vez tenemos más recortes en sanidad, en colegios. Sólo viven para ellos, para robar. Luego dicen ´España nos roba´. Pero ahí está todo el clan de Pujol y el MAS que son los que nos han robado y nos siguen robando”, dijo a RFI, Maria, quien protestaba contra la consulta envuelta en una bandera española.

En el transcurso del domingo, el gobierno español calificó la jornada de votación de farsa, y los sectores conservadores insistieron en las múltiples irregularidades. En redes sociales circularon imágenes de gente rellenando urnas en plena calle. En las mesas de votación no se contaba con cabinas de votación para garantizar el secretismo del voto, y el hackeo de la aplicación de censo permitió a gente votar dos veces.

Tras largas horas de espera y ante la mirada pasiva de la policía catalana que se negó a hacer uso de la fuerza para prohibir el referéndum como debía hacerlo en virtud de una orden judicial, la votación finalmente si tuvo lugar con una tasa de participación de 42 por ciento, alrededor de 2 millones de votos, y un aplastante 90 por ciento de papeletas a favor de que Cataluña sea una república independiente.

Sin embargo, los principales partidos políticos españoles no reconocen la consulta. Madrid y Barcelona parecen más distantes que nunca. El presidente regional catalán Carles Puigdemont en la noche del domingo declaró que los catalanes se ganaron el derecho a tener un estado independiente. Indicando así que mantiene su rumbo separatista.

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