Scotland Yard investiga a la extrema derecha por el asesinato de Cox
El asesinato de Jo Cox ha consternado a los británicos, ya que la fallecida diputada era considerada una de las estrellas emergentes del laborismo, partido por el que había llegado a la Cámara de los Comunes por primera vez el año pasado.
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Antes de ingresar a la política Jo Cox, de 41 años y madre de dos hijos pequeños, siempre había estado preocupada por los más vulnerables, los niños y los refugiados entre otros, por esa razón había dedicado su vida a la filantropía trabajando para organizaciones que luchan por los derechos humanos como Amnistía Internacional y Ongs como Save the Children y Oxfam.
Gracias a su carisma, entusiasmo y carácter inclusivo, Jo Cox se había convertido en una de las diputadas más populares en la Cámara de los Comunes.
La policía centra su investigación en el móvil del crimen
Los primeros detalles indican que el presunto asesino, Thomas Mair, de 52 años, trabajaba como jardinero y había ejercido voluntariado en Birstall aprovechando su conocimiento de horticultura. Igualmente, ha trascendido que Mair había estado bajo tratamiento por problemas mentales, específicamente sufriría de un trastorno obsesivo-compulsivo.
Scotland Yard también investiga si el asesino tenía vínculos con grupos de ultra derecha como Britain First, ya que varios testigos aseguran que Mair habría gritado el slogan de esta organización, “Reino Unido primero”, al atacar a la diputada, aunque de momento este grupo ha negado algún tipo de relación con Mair.
Varios medios británicos aseguran este viernes que Mair estaba abonado a la revista on line de Springbool club, un grupo asociado con supremacistas sudafricanos.
Jox Cox hacía campaña a favor de la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, y hoy se ha revelado que la policía estaba considerando darle protección personal ya que la diputada había recibido en los últimos tres meses ofensivos y amenazantes mensajes.
Algunos analistas creen que el asesinato de Jo Cox a manos de un nacionalista que apoyaba la salida de Reino Unido de la Unión Europea, podría tener un impacto psicológico en el resultado del referendo, inclinando la balanza hacia la permanencia de este país en el bloque.
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