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JUEGOS OLÍMPICOS 2016

Los héroes latinoamericanos en los Juegos Olímpicos

Son las historias de los deportistas de una región que poco a poco encuentra su lugar en la más alta competencia deportiva del mundo. Siempre con dificultades y no siempre apoyados por sus federaciones deportivas, estos atletas latinoamericanos son verdaderos héroes en sus países.

El cubano Mijaín López celebra su medalla de oro en lucra greco-romana en los Juegos Olímpicos de Río del 2016.
El cubano Mijaín López celebra su medalla de oro en lucra greco-romana en los Juegos Olímpicos de Río del 2016. REUTERS/Issei Kato
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Por Nicolás Bello

"Todo me cuesta más, como sacar el barco del agua, por ejemplo", asegura Santiago Lange, argentino y oro olímpico en la categoría de Nacra 17 Mixto, una de las pruebas de regata, en las que participó con su compañera Cecilia Carranza Saroli. Tiene 54 años, es el deportista más longevo de estas olimpiadas, ha sobrevivido un cáncer y tiene un solo pulmón.

Son sus sextos Juegos Olímpicos ya conquistó el bronce en Atenas 2006 y Pekín 2008. Pero un cáncer repentino en el pulmón, detectado hace 18 meses, puso en entredicho su participación en Río. Hoy, con el oro colgado en el pecho, afirma que ve la victoria con otros ojos.

“La vida es maravillosa, estoy súper agradecido. Soy un privilegiado, mientras tenga pasión voy a seguir para adelante. Yo no mido las cosas por la edad, sino por las ganas que tiene uno por levantarse y ser mejor con lo que está intentando”, cuenta emocionado y a la vez calmado a nuestro enviado especial en Río, Carlos Pizarro.

Tu hijo es campeón del mundo

A diferencia de Lange, el brasilero Isaquias Queiroz dos Santos dice tener tres pulmones a falta de un riñón que perdió, tras una caída que sufrió a los 10 años. Es el primer piragüista brasilero – una piragua es un tipo de canoa – en ganar una medalla olímpica en la historia de los Juegos y un tipo con suerte: a los 6 años recibió una quemadura de agua hirviendo en el estómago y el año pasado salió ileso de un accidente automovilístico.

Su madre, acostumbrada a recibir malas noticias de su hijo, no pudo contenerse cuando a finales de agosto de 2013, recibió una llamada desde Alemania. La voz del otro lado del teléfono también lloraba, era su hermano: “Tu hijo es campeón del mundo”, le dijo.

Es una medalla de bronce que sabe a oro –y una segunda de plata en la prueba de 1000 metros en aguas tranquilas– para este bahiano de 22 años, que fue compañero de departamento y de entrenamientos de David Cal, el mejor piragüista español de la historia.

“Esta medalla le calla la boca a todos”

Son las palabras que dedica el boxeador mexicano Misael Rodríguez, quien ganó la medalla de bronce –la única que tiene México en estos juegos– sin ayuda de nadie. Cuenta que entrenó con uniformes prestados y que, junto con otros colegas pugilistas, tuvo que salir a las calles a pedir dinero y costearse el viaje a Río. Hoy es héroe nacional.

“Es como un abrir de ojos para que los directivos [de la Comisión Nacional de Deporte], sepan que en México hay talento, sobre todo en boxeo que dicen que es el deporte de los pobres, el de la gente que quiere sobresalir. Yo pienso que la medalla habla por sí sola. Decían que iba a venir a pasearme y yo no tengo ni por qué contestarles”, comenta al micrófono de Carlos Pizarro.

Rodríguez tiene 22 años y nació en Chihuahua. Aprendió a tirar golpes en las maquinitas de videojuegos, y aunque jugó futbol, su pasión estaba en el ring. A los 19 años ganó la plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Veracruz 2014.

El orgullo dominicano

Se llama Luisito Pie y fue precisamente con los pies que ganó la primera medalla en Río para la República Dominicana. Su disciplina es el Tae Kwon Do en la categoría de hasta 58 kg, en que ganó al español Jesús Tortosa en una intensa final por muerte súbita.

Nacido en Bayaguana en 1994, el deportista de 22 años no es ajeno a las medallas. En 2014, ganó la de oro en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe y en julio de 2015, participó en los Juegos Panamericanos, obteniendo la plata. Es la primera medalla para su país en Río 2016 y la séptima de su historia.

Cuba sabe luchar y va por el oro

El cubano Mijaín López revalidó por segunda vez consecutiva su oro olímpico de lucha grecorromana en la categoría de más de 130 kilos, al derrotar al turco Riza Kayaalp en los Juegos de Río. Con este triunfo, López se consagra como el dominador indiscutido en su disciplina tras obtener su tercera medalla dorada seguida tras las Olimpiadas de Londres 2012 y Pekín 2008.

Nació en el barrio La Herradura de Pinar del Río en 1982. Aunque al inicio prefirió el baseball –el deporte más practicado en la isla–, su hermano Michel, un boxeador, lo convenció de hacer lucha, dada su corpulencia. Desde entonces, se destacó en los campeonatos escolares y en torneos nacionales e internacionales.

Dos días antes, Ismael Borrero Molina logró la primera medalla de oro para su país en los Juegos de Río al vencer al japonés Shinobu Ota en la final de la categoría hasta 59 kilogramos de la lucha grecorromana.

Ni todas las hernias del mundo lo detuvieron

"Oro forjado entre carencias y sufrimientos" tituló el diario El Colombiano cuando el pesista Oscar Figueroa, de 33 años, ganó la medalla de oro. La primera de Colombia en estos juegos y de su carrera. "La medalla olímpica ganada por el haltera de Zaragoza, Antioquia, fue el justo premio a su disciplina y al sacrificio de muchos años", agrega el diario.

La historia de Figueroa no es nada sencilla. Desde que empezó a figurar en los campeonatos juveniles de levantamiento de pesas, hace poco más de 20 años, las lesiones en muñecas y articulaciones empezaron a ser una constante; las cirugías de espalda también. Pero no desfalleció. En enero se sometió a una operación para terminar con una hernia lumbar.

Es la tercera medalla de oro en la historia de Colombia, un orgullo para un país que, hasta los juegos de Atlanta 1996, no había ganado nada y que hoy es una de las potencias olímpicas sudamericanas.

Sin medallas, pero en una final

Nació en Estados Unidos, pero su amor por el Perú –y una madre originaria de Huancayo, localidad de los andes peruanos– lo llevó a asumir la nacionalidad y los colores peruanos. David Torrence, de 30 años, quedó décimo en la clasificatoria para los 5000 metros planos y estará en la final que se celebra el domingo, último día de los Juegos Olímpicos.

“Quiero mostrarle al mundo que los peruanos pueden competir y ser los mejores del mundo", dijo en declaraciones al diario El Comercio de Lima. Agregó que en este tipo de competencias hay que tener cierto ingenio para superar a los rivales en la pista.

Y tiene oportunidades: Torrence participó en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, todavía con el equipo olímpico de Estados Unidos y obtuvo la medalla de plata. Ahora quiere superar ese hito pero con los colores peruanos.

 

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