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El Deportivo de RFI

Nairo Quintana deberá seguir luchando por su “sueño amarillo”

Primera modificación:

El pedalista colombiano acabó segundo en el Tour de Francia, detrás del británico Christopher Froome, que ganó por segunda vez la prueba e inscribe así su nombre junto al de grandes ilustres como el italiano Fausto Coppi y el francés Laurent Fignon. El español Alejandro Valderde finalizó tercero.

El podio del Tour de Francia, luego de la llegada a los Campos Elíseos, en París.
El podio del Tour de Francia, luego de la llegada a los Campos Elíseos, en París.
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“¿En qué momento se jodió el Tour, mi Tour?”, debió preguntarse el colombiano Nairo Quintana, como aquel personaje de Vargas Llosa, aun si la respuesta aquí era más clara, tenía nombre propio (el dique de Zelanda), tiempo perdido (1 minuto y 28 segundos) y las formas reconocibles del viento violento y las caídas. Allí, dijo él, perdió el Tour, o un tiempo que no pudo recuperar, a pesar de la magnífica ascensión al Alpe d’Huez, en la penúltima etapa, que puso en aprietos al británico Christopher Froome, quien finalmente mantendría la ventaja y terminaría adjudicándose esta edición de la prueba.

Si Quintana lo perdió en la primera semana, Froome lo ganó en la segunda, en la ascensión inédita a La Pierre Saint-Martin, cuando aupado por sus gregarios, lanzó un ataque que fulminó a la mitad de los favoritos (el español Alberto Contador, el italiano Vicenzo Nibali) y dejó casi sin respuestas al colombiano, que apenas pudo limitar los daños. La tercera semana, ya con Froome disminuido, fue para el campeón un ejercicio de gestión o de resistencia, de sobrellevar los ataques de Quintana, de limitar ahora él los segundos perdidos, la distancia que terminó reducida casi a la mitad, pero que a la postre le valió para llegar victorioso a París, en medio de la lluvia y el frío veraniegos de la capital francesa.

Mención aparte merece el español Alejandro Valverde, gregario de lujo de Quintana, quien a sus 35 años logró un tercer lugar que a él le supo a gloria, y que celebró entre lágrimas luego de la ascensión al Alpe d’Huez (que él lideró inicialmente para Quintana). Ganador de la Vuelta a España 2009 y de varias clásicas, para el ciclista murciano era un sueño subir al podio de los Campos Elíseos, tras quedarse a las puertas el año pasado.
 

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