‘Alguien no hizo el trabajo de vigilar a los extremistas de derecha’
El analista en terrorismo y seguridad, Paul Buchanan, de la consultora 36th Parallel Assessments, estima que el ataque contra dos mezquitas que dejó al menos 49 muertos en Christchurch, pequeña ciudad de Nueva Zelanda, obedece a una ideología racista que ha prosperado por el desempleo y no ha sido monitoreada adecuadamente por las autoridades. Entrevista por Christophe Paget.
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RFI: ¿Está sorprendido por lo ocurrido este viernes en Nueva Zelanda?
Paul Buchanan: No. Lo que es sorprendente es la magnitud, el número de muertos y heridos, porque es muy difícil conseguir el tipo de armas de destrucción masiva que este individuo utilizó cuando cometió estas atrocidades. Y eso será objeto de una investigación.
Pero Christchurch está experimentando un violencia de supremacismo blanco, generalmente de bajo nivel: gente que ataca a los inmigrantes en las calles, golpea, patea y, a veces, utiliza objetos contundentes. Pero nada a este nivel.... Y hay mucha islamofobia en Nueva Zelanda.
Eso no es sorprendente, pero en términos de la magnitud del evento, es algo nunca antes visto en la historia del país.
RFI: ¿Cómo explica eso? ¿El hecho de que uno de los atacantes sea de Australia puede ser una pista?
Paul Buchanan: No, sería un error culpar a los australianos, que es lo que la gente ya está empezando a hacer aquí. Este individuo nació en Australia pero se crió en Nueva Zelanda, en Christchurch. Es un neozelandés. Su odio nació aquí. Y no está solo: otras tres personas han sido detenidas hoy bajo sospecha de ser sus cómplices. Los servicios de seguridad sospechan que forman parte de un círculo más amplio de supremacistas blancos violentos que planean llevar a cabo nuevos ataques. Así que este acto podría ser el primero de una serie, ojalá que no, pero la policía tiene que trabajar en ello.
Las redes sociales violentas de extrema derecha parecen haber jugado un papel importante en su radicalización. En plataformas bien conocidas apareció en los días y semanas anteriores al ataque, y básicamente admitió que estaba preparando un ataque. Se radicalizó, se convirtió en neonazi de dos maneras: primero a través de Internet, una de las plataformas que compartía era la utilizada por el hombre que disparó en la sinagoga de Pittsburgh, Estados Unidos, el año pasado. Luego se fue a Europa en 2017 y se enfureció por lo que llama "la conquista de Europa por los musulmanes", incluida Francia. Fueron las dos cosas que lo pusieron de cabeza.
Desafortunadamente, tuve que ver las imágenes de su masacre que filmó y compartió en vivo. Y la gente de todo el mundo lo felicitaba mientras cometía estas atrocidades. Así que es triste decirlo, pero incluso si Nueva Zelanda tiene una reputación de ser pacífica, hay un cáncer en este país, y este cáncer no es yihadismo, es el de supremacía blanca.
RFI: ¿Y estos supremacistas blancos estaban siendo observados por el gobierno de Nueva Zelanda?
Desafortunadamente no. Desde el 11 de septiembre, los servicios de inteligencia de Nueva Zelanda se han centrado en detectar y prevenir el yihadismo local. Y dados sus limitados recursos, en realidad se centraron en la comunidad a la que se dirigían hoy en día. Y en lo que no se han centrado, y que se ha minimizado, es en la amenaza muy real de la supremacía blanca violenta, a pesar de que existe, como he dicho, un bajo nivel de violencia en estos grupos. Hay varios en Nueva Zelanda, particularmente en Christchurch y sus alrededores. Así que alguien no hizo el trabajo de vigilar a los extremistas de derecha, y hoy estamos pagando el precio.
RFI: ¿Por qué esta presencia de supremacistas en Nueva Zelanda, que es un país pequeño de menos de 5 millones de habitantes?
Hay muchas razones. Es lo mismo que para muchos yihadistas: son jóvenes muy frustrados, generalmente con poca educación, que sienten que la sociedad les ha dejado de lado, que no tienen oportunidades, y que buscan chivos expiatorios, "los otros". Los "otros" son gente de color, inmigrantes, aquellos que no son como ellos, en este caso neozelandeses de origen escocés o inglés. Y sabe, el origen socioeconómico del extremismo de extrema derecha no es tan diferente del extremismo islamista, más allá de las diferencias religiosas.
Así que hay muchos de estos individuos en y alrededor de Christchurch, desafortunadamente hay una falta de oportunidades económicas, y se ha vuelto aún peor después de los terremotos. Nueva Zelanda ha sido muy lenta en reconstruir esta ciudad: si estás en empresas de construcción, todo está bien, de lo contrario estás desempleado. Por lo tanto, creo que para los servicios de inteligencia, después de haber hecho hincapié en las motivaciones religiosas, el islam les ha impedido ver que los puntos comunes que los supremacistas blancos comparten con los futuros yihadistas no son religiosos, sino socioeconómicos, con una tendencia a la violencia.
Y seamos muy claros: este individuo estaba mostrando muy claramente las tendencias problemáticas en las redes sociales, que han contribuido a su radicalización, y esto es algo que las autoridades tendrán que considerar muy seriamente. Porque el nivel de odio y extremismo violento que vi hoy en vivo en estos canales de extrema derecha fue realmente alarmante.
Hemos llegado a un momento clave de nuestra historia en Nueva Zelanda: siempre hemos pensado que nada grave podría tocarnos. El acontecimiento más grave hasta ahora ha sido el ataque al Rainbow Warrior por parte de los servicios de seguridad franceses. Y sólo una persona había muerto.....
Por lo tanto, creo que todos debemos pensar en cómo dar prioridad a las amenazas que nos rodean y no permitir que nuestros prejuicios o presiones políticas interfieran con nuestra objetividad. Porque seamos claros: en Occidente, permitir identificar las amenazas islamistas permite que los políticos y las agencias de seguridad acumulen crédito político. No es tanto el caso cuando se identifican las amenazas de los supremacistas blancos y se hace frente a ellas.... Creo que es hora de reevaluar todo esto.
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