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Noticias de América

Carlos Alvarado: 'Costa Rica es un país de paz'

Primera modificación:

Presente en París en el marco del Foro Internacional sobre la Paz, el presidente costarricense, Carlos Alvarado Quesada, destacó el ejemplo de su país en materia de paz y de energía. RFI lo entrevistó.

El presidente costarricense Carlos Alvarado, en el Foro Internacional sobre la Paz. París, 11 de noviembre de 2018.
El presidente costarricense Carlos Alvarado, en el Foro Internacional sobre la Paz. París, 11 de noviembre de 2018. RFI
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>> Haga clic en la imagen para escuchar la entrevista completa.RFI: ¿Cuál es el mensaje de su presencia aquí?

Carlos Alvarado Quesada: Costa Rica es un país de paz desde hace 70 años. Costa Rica abolió el ejército. Desde el siglo antepasado Costa Rica abolió la pena de muerte. Nuestra tradición es una tradición de paz. Creemos en el multilateralismo. Y ahora el gran reto de nuestra generación es abolir el uso de combustibles fósiles, y eso requiere un contexto de paz, un contexto de democracia, un contexto multilateral.

Costa rica es un país casi 100% renovable, ¿qué puede aportar en esa lucha contra el cambio climático, a una cita internacional como ésta?

En los Acuerdos de París, Costa Rica se comprometió en convertirse en un laboratorio de la descarbonización de la economía. Nuestra matriz eléctrica es 100% renovable. ¿Qué tenemos que hacer ahora? Tenemos que trasladar esta matriz eléctrica a la economía, al transporte, a la digitalización, para reducir nuestras emisiones. Pero podemos hacer eso ágilmente y demostrar al mundo que es posible la descarbonización. En los 80, Costa Rica tenía una cobertura forestal del 20%, hoy tenemos una cobertura forestal de más del 50%. Hemos demostrado que el cambio en función del ambiente sí se puede hacer, y con un modelo que es sostenible, que tiene crecimiento económico. Es el mensaje que nosotros podemos aportar y nos sentimos en la responsabilidad de aportar al mundo.

Administraciones como la de Donald Trump, o la que está por venir de Jair Bolsonaro en Brasil, son mucho más críticas en cuanto al multilateralismo y en particular con el Acuerdo de París. ¿Cómo convencer a esos líderes de que el sistema internacional es útil, y cómo convencer a los pueblos que votaron por ellos?

Creemos, yo particularmente creo, que decir es hacer. Entonces creemos en liderar bajo el ejemplo, y éstos son ejemplos de cómo queremos llevar adelante agendas que muestran que la materia ambiental no sólo es éticamente correcta, para proteger ésta y la futura generación y la vida, sino que son económicamente sostenibles.

¿Pero cómo volver más cercano el sistema internacional a los ciudadanos, que hoy se sienten muy lejos de estos grandes acuerdos y reuniones?

La experiencia de la democracia tiene que tocar cada vez más la experiencia de vida concreta de las personas. Cuando veamos que un vehículo eléctrico es mucho más barato que llenar el tanque, que es más ágil y menos contaminante, y lo veamos en menos enfermedades respiratorias y en mejor competitividad… Son ese tipo de cosas las que tenemos que trasladar a la vida concreta, no abstracciones de acuerdos. El gran reto es cómo convertir a esos grandes recuerdos en algo tangible que el ciudadano pueda tocar y experimentar. Ésa es la ética del siglo XXI, una ética sostenible, una ética que cree en la economía circular, en nuevas formas de economía. Eso es lo que tenemos que trasladar e inspirar a nuestros ciudadanos y nuestras ciudadanas.

Otra de las temáticas transfronterizas que según los participantes necesita una respuesta colectiva es la migración. En el caso de América Latina, la región está enfrentando el éxodo de venezolanos y en el caso de Costa Rica también de nicaragüenses. ¿Cómo responder a este nuevo desafío para la región?

Una respuesta regional necesita del multilateralismo y un multilateralismo sólido y robusto. También estamos hablando mucho del tema de migraciones, pero a la larga las migraciones que han sido históricas en la humanidad son un efecto. Yo siempre digo que tenemos que ir a la causa, a la raíz, y la raíz de las migraciones está en el desarrollo de los propios países en sus situaciones políticas. La gente migra porque busca una mejor calidad y una mejor condición de vida. Entonces la gran discusión está en las condiciones de desarrollo propias de cada país, y eso nos vuelca a hablar de democracia, a hablar de multilateralismo, a hablar de cooperación para el desarrollo. Pero esos son temas que han estado ausentes en la agenda migratoria.

¿Debería haber una política común de la región latinoamericana con respecto a la migración frente al caso venezolano?

En el caso de Venezuela como en el caso de Nicaragua, nosotros hemos como país levantado la voz, y hemos creído que tienen que ser foros multilaterales como la OEA los foros que atiendan la situación, tanto democrática como actualmente la situación humanitaria que se deriva de esas migraciones. Y creemos en el trabajo que ha hecho la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y creemos que tenemos que respaldar ese tipo de trabajo. Pero también hay que tener respuestas conjuntas, tiene que ser un esfuerzo regional.

Uno de los puntos de su visita a Francia, más allá de este foro, es el tema del ingreso a la OCDE. ¿Qué aportaría a Costa Rica ser parte de ese club?

Estamos aspirando a tener una serie de políticas públicas, de las mejores prácticas, siempre pensando que estas mejores prácticas se materialicen en bienestar para la población. Somos un país de renta media pero que ha puesto en el desarrollo de su población, en la educación, en la salud, la mira para salir adelante. Y creemos que en las prácticas que tienen los países de la OCDE, muy vinculadas con marcos democráticos y con crecimiento económico, sostenibilidad también, podemos encontrar respuestas o apoyos, y cooperación para celebrar nuestro paso hacia un país más desarrollado y un país que tenga más bienestar.

En su país, Ud. enfrenta un movimiento social debido a su reforma fiscal que busca contener el déficit público. ¿Ha contemplado la posibilidad de modificar ese proyecto que para sus detractores afecta demasiado a los pobres?

El proyecto que hemos presentado obtiene el 80% de sus ingresos del 20% más rico de la población, y empresas. Incluso el 1% más rico del país es el que aporta el 22% del ingreso de la reforma, entonces quienes han estado en contra de ella dicen que afecta a los pobres pero no es la verdad. Lo dicen para menoscabar la reforma pero también para proteger el statu quo. Es una reforma que toca el statu quo porque busca mayor equidad y darle sostenibilidad a nuestras finanzas públicas. Ya tiene un primer debate, está en un proceso de consulta, y esperamos pronto tener un segundo debate del proyecto de ley, para tener una reforma y seguir creciendo. Costa Rica está creciendo a más del 3%, lo cual es alto para los estándares actuales del mundo, y queremos seguir creciendo con una economía estable para seguir atrayendo inversiones y generando bienestar.

En el marco del debate sobre esta reforma, ¿Ud. va a garantizar el derecho a huelga o es algo que suscita problemas?

El derecho a huelga está garantizado en la Constitución de Costa Rica. Lo que hemos señalado también es que el sistema judicial en algunos casos ha declarado huelgas de unas instituciones ilegales, e incluso ha habido casos en los que había inconsistencia de parte de los jueces. Eso es lo que estamos señalando pero ciertamente el derecho de huelga es un derecho consagrado en la Constitución y en instrumentos internacionales que hemos firmado. Lo que sí creemos también es que deben garantizarse servicios básicos a la ciudadanía, como la salud, la educación, o el transporte público. Creemos que son servicios esenciales que no deben ser afectados por huelgas.

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