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Estados Unidos/Centroamérica

Mike Pence intenta disuadir la migración centroamericana

Las expectativas eran enormes ante la reunión planteada  entre el vicepresidente norteamericano Mike Pence y tres mandatarios latinoamericanos: Jimmy Morales de Guatemala, Salvador Sánchez Ceren y Juan Orlando Hernández de Honduras. Sin embargo, el resultado es una puerta cerrada.

El vicepresidente Mike Pence y los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras al finalizar su encuentro
El vicepresidente Mike Pence y los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras al finalizar su encuentro REUTERS/Luis Echeverria
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El encuentro abordaría, por supuesto, el sensible tema de los migrantes del triángulo norte de Centroamérica hacia Estados Unidos. Pero lejos de poner sobre la mesa estrategias concretas o planes en conjunto, Pence eligió enviar un mensaje mucho más simple: “No vengan”.

El segundo a bordo del gobierno norteamericano explicó su preocupación al salir de la cumbre:

"Le dije con gran respeto a los presidentes aquí reunidos que este éxodo tiene que terminar. Es una amenaza a la seguridad de Estados Unidos. Díganle a su gente que venir a Estados Unidos de manera ilegal  solo dará como resultado un viaje muy difícil y una vida aún más dura” – aseguró Pence.

Por supuesto, las reacciones no se han hecho esperar. El ex canciller de Guatemala, Fernando Carrera - ante los micrófonos de RFI - criticó duramente la posición de Pence, señalando que se trata de un discurso gastado que no plantea ninguna solución ni muestra comprensión alguna por la realidad que viven los migrantes centroamericanos en Estados Unidos.

“Básicamente, Pence vino a repetir el discurso de Trump: hay que disuadir  a las personas y a las familias de migrar hacia Estados Unidos. Este es el mismo planteamiento que tuvo la administración Obama ante la crisis de los niños migrantes en el año 2014. Hay dos factores que Estados Unidos debe atender: la reunificación de las familias y las posibilidades de empleo legal para los migrantes”.

Cuatro años después de la crisis migratoria de los niños no acompañados, la avalancha de migrantes no cesa. Y es que las causas de la migración centroamericana siguen intactas: la violencia y la pobreza.  El Triángulo del Norte de Centroamérica sigue siendo una de las zonas más violentas del continente, duramente golpeada por el narcotráfico y las pandillas dedicadas a la extorsión y el sicariato. Para el año 2017, el registro oficial fue de 13.129 homicidios entre los tres países. Las tasas de homicidios por cada 100 mil habitantes fueron de 32 para Guatemala, 42.7 para Honduras y 60 para El Salvador.

A nivel económico, el Triángulo Norte sigue siendo la zona con mayor miseria de la región. Ante esta precariedad, Estados Unidos - un país con mejores oportunidades de empleo y salarios en dólares - sigue siendo el sueño de muchos.

 

¿Qué debió decir Mike Pence en esa reunión?

Según el ex canciller Fernando Carrera, el vicepresidente Pence debió ofrecer estrategias sólidas en dos aspectos: familia y empleo.

La primera estrategia debería corresponder a un plan de reunificación familiar. “Estados Unidos no puede negar humanitariamente que hay una necesidad de reunificar a las familias” – apunta Carrera.   

“Muchas personas tienen 3, 4, 5 años que no ven a sus hijos porque emigraron a Estados Unidos y como están ilegales allá, no pueden regresar y no pueden volver a ver a sus familias. Pence debió venir con una política abierta y legal para lograr esa reunificación”.

La segunda estrategia que faltó en la mesa pero que se ha venido discutiendo desde hace algunos años es un plan de empleo temporal que permita a los centroamericanos trabajar legalmente en Estados Unidos por un período determinado para luego regresar a sus respectivos países.

“Podrían activarse programas de trabajo temporal que autorice a los migrantes a trabajar en Estados Unidos durante 6 u 8 meses. Todo eso de manera legal. Pero hasta la fecha, Estados Unidos se niega a establecer programas de trabajo temporal con Centroamérica” recalca el ex canciller Carrera.

Las críticas van en todos los sentidos: se acusa al gobierno de Estados Unidos de poca solidaridad con los migrantes centroamericanos y, al mismo tiempo, se ataca a los gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala de ser demasiado blandos a la hora de exigir acciones más concretas de su vecino del norte.

“Los gobiernos de Honduras, El Salvador y Guatemala son muy débiles políticamente, incluso impopulares en sus propios países- añade Carrera. Pero el motivo mayor es que temen enfrentarse a la administración Trump”.

01:07

Ex canciller Fernando Carrera sobre visita Mike Pence

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