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Estados Unidos

Mike Pompeo: de la CIA al Departamento de Estado

Trump despidió a su secretario de Estado, Rex Tillerson, y decidió reemplazarlo por el director de la CIA, Mike Pompeo, a quien elogió por su ‘tremenda energía’ y su ‘tremendo intelecto’. Gina Haspel dirigirá la CIA, un polémico nombramiento ya que ella ha sido señalada de participar en torturas a detenidos.

Mike Pompero, nuevo Secretario de Estado de Estados Unidos, enero de 2017, en Washington.
Mike Pompero, nuevo Secretario de Estado de Estados Unidos, enero de 2017, en Washington. REUTERS/Jonathan Ernst
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Pompeo, un ex oficial del ejército estadounidense y congresista que dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde enero de 2017, es "la persona adecuada para el trabajo en este momento crítico" según Trump.

“Mike Pompeo, director de la CIA, se convertirá en nuestro nuevo secretario de Estado. ¡Hará un trabajo fantástico!”, tuiteó Trump. “¡Gracias Rex Tillerson por sus servicios!”, agregó.

Consultado sobre sus razones para echar a Tillerson, el presidente mencionó desacuerdos, en particular sobre el programa nuclear iraní. “Nos llevamos bastante bien, pero discrepamos en cosas”, dijo. "El acuerdo con Irán pensé que era terrible, él pensó que estaba bien”.

Este argumento es una “distracción para justificar una decisión que estaba tomada desde el año pasado”, dijo a RFI Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas.

“El destino de Tillerson quedó sellado desde que llamó 'imbécil' a Trump, un presidente que siempre quiere ser adulado. La ventaja de nombrar a Pompeo es que tiene una gran sintonía con Trump”, agrega el profesor Pedro Rodríguez.

Al despedirse, Tillerson, que tuvo palabras de agradecimiento para todos menos para Trump, reveló que dejará su puesto el 31 de marzo, pero hasta entonces delegará sus funciones al subsecretario John Sullivan.

Trump anunció también la nominación de Gina Haspel para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la primera mujer elegida para ese puesto. Pero el nombramiento es controvertido: Haspel, una espía experimentada, es señalada de participar en torturas a detenidos tras los ataques del 11 de septiembre.

“Trump respaldó durante la campaña las prácticas de las cuales es acusada Haspel. También ha respaldado claramente, y lo sigue haciendo, la idea de utilizar atajos para garantizar la defensa de la seguridad nacional de Estados Unidos. Pero no creo que la oposición en el Congreso vaya a oponerse al nombramiento de Haspel. Sobre todo porque hay un factor que distorsiona todo, y es que se trata de la primera mujer al frente de la CIA”, sostiene Pedro Rodríguez.

El senador republicano John McCain, destacada figura en el Congreso y feroz adversario de toda tipo de tortura, pidió a los legisladores que examinaran con cuidado el involucramiento de Haspel en “ese programa vergonzoso”.

McCain, que fue torturado en cárceles en el norte de Vietnam, encabezó las denuncias sobre las “técnicas avanzadas de interrogatorio”, un eufemismo utilizado por la administración de George W. Bush para describir los métodos utilizados contra los detenidos sospechosos de terrorismo.

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