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Papa Francisco|Colombia

Colombia, la reconciliación y el papa Francisco

El miércoles 6 de septiembre el papa Francisco llega a Colombia para una gira por el país que durará cuatro días. La visita del Sumo Pontífice llega unos días después de que la hoy ex guerrilla FARC se haya transformado en una fuerza política poniendo fin a un conflicto armado de más de medio siglo.

Un hombre lleva una imagen del papa Francisco cerca de la plaza Bolívar en Bogotá, Colombia, el 4 de septiembre de 2017.
Un hombre lleva una imagen del papa Francisco cerca de la plaza Bolívar en Bogotá, Colombia, el 4 de septiembre de 2017. REUTERS/Nacho Doce
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Si le preguntan para qué va el papa Francisco a Colombia, Alba ya tiene una respuesta bien aceitada. “Viene a traernos un mensaje de amor, de paz y de esperanza para con nuestros hermanos”.

Hace 17 años Alba Magalí Ospina Vargas, católica practicante, se mudó a Florencia, capital del departamento de Caquetá, a 500 kilómetros al sur de Bogotá. La zona cuenta con grandes plantaciones de coca, según un informe de las Naciones Unidas en 2013, lo que atrajo a grupos mafiosos, paramilitares, guerrillas y a las fuerzas del gobierno. Para su desgracia los habitantes de Caquetá no son ajenos al conflicto que desangró a Colombia durante más de medio siglo y dejó 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.

“Al principio sentí desconfianza, porque muchas veces esos acuerdos se quedan solamente en una firma de papel”, dice Alba al recordar el anuncio de la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a fines de 2016.

“Pero ahora lo veo con mucha más esperanza y optimismo. La venida del Papa es como una reafirmación de que las cosas van a estar mejor”, dice Alba. “El primer paso para lograr la paz es que haya acuerdos”, agrega la catequista  evocando el lema de la visita papal "demos el primer paso".

Durante cuatro días el jefe supremo de la Iglesia católica visitará cuatro ciudades, estará al frente de cuatro misas, que se anuncian multitudinarias en un país que, de acuerdo al Anuario Pontificio tiene más de 45 millones de personas que se identifican como católicas. Además, Francisco se reunirá con víctimas del conflicto armado, pero no tiene programado verse con representantes de las guerrillas ni de la oposición política.

“El mundo de hoy tiene necesidad de constructores de paz y de diálogo”, dijo Francisco en un video de poco más de cuatro minutos difundido días antes de su llegada a Sudamérica. 

“Iré como peregrino de esperanza y de paz", dijo el Papa en el video publicado apenas unos diez después de que las FARC abandonen definitivamente las armas para transformarse en un partido y luchar por el poder de ahora en más en la arena política.

“Cuando el Papa iba hacia Estados Unidos y se detuvo en Cuba hizo un llamado muy importante a los colombianos: si lo que quieren es una paz estable y duradera los colombianos deberán respetar la institucionalidad, el derecho interno e internacional. El Papa dijo que no dejemos pasar otra oportunidad sin reconciliarnos”, dice con voz de homilía el cura Darío Echeverri, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) haciendo referencia al viaje de Francisco a Cuba en 2015, donde las FARC y el gobierno negociaban los acuerdos para la paz.

“En la oficina de la Comisión la presencia del Papa despierta esperanzas”, agrega Echeverri. “La lucha por la paz ha sido larga. La Iglesia ha acompañado a las víctimas y ha tocado a la puerta de los hombres y mujeres que luchan en las dos orillas del conflicto. La presencia del Papa no se olvidará”, dice el religioso sobre el quinto viaje de Francisco a América Latina y el 29 internacional en cuatro años de papado.

A pesar de su discreción nadie ignora el rol de Francisco para apoyar y lograr que avancen las negociaciones con las FARC. Es la tercera vez que la cabeza del Vaticano visita Colombia luego del paso de Pablo VI en 1968 y 18 años más tarde de Juan Pablo II. A pesar de que Francisco insiste que su visita es exclusivamente pastoral, todos esperan que consolide el esfuerzo por terminar el conflicto. Con motivo de la llegada de Francisco, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la otra gran guerrilla de Colombia, pactó con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos un alto al fuego temporal y que empezará a regir el 1 de octubre. Es el "primer milagro de la visita del papa", dijo Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del ELN.

Luego de un viaje por el país en su rol de jefe de la Comisión, el padre Echeverri volvió a Bogotá un día antes de la llegada de Francisco para recibirlo. “Yo le diría gracias”, dice el cura imaginando un encuentro cara a cara con el Papa que no sabe si será posible. “Y también le diría: no nos olvide.”

Además de la capital, Francisco visitará Medellín, Cartagena y Villavicencio, en un periplo caribeño que terminará el 10 de septiembre. “[Cuando se vaya] espero encontrar una Colombia más humana. El conflicto armado nos ha quitado parte de la humanidad”, dice Echeverri.

Alba, en Caquetá, no podrá ir a Bogotá para ver a Francisco cuando llegue y recorra los 15 kilómetros que separan al aeropuerto de la nunciatura, donde se alojará. “Recibiré su bendición a través de la televisión”, dice Alba. Las autoridades vaticanas calculan que unas 700.000 personas saldrán a saludarlo a su llegada.

Durante su vista Francisco escuchará los testimonios de víctimas y victimarios de la violencia en Colombia. Su paso por Villavicencio, en el corazón del país, estará dedicado a la paz y reconciliación.

“En mi corazón hay un gesto de perdón para todas aquéllas personas que nos han hecho daño”, dice Alba al imaginar cómo será Colombia una vez que pase la euforia del paso de Francisco agrega: “tenemos la tarea de que su visita no sea en vano.”

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