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Estados Unidos

¿Se acerca el fin de la educación pública en Estados Unidos?

Betsy DeVos, la nueva secretaria de Educación de Estados Unidos, no cree en la relación Estado-Educación, y mira al sistema subvencionado chileno como el nuevo camino para los estudiantes norteamericanos.

Betsy Devos durante su audiencia en el Senado, el 17 de enero de 2017.
Betsy Devos durante su audiencia en el Senado, el 17 de enero de 2017. REUTERS/Yuri Gripas
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Por Oscar Ojeda, para RFI

El histórico voto del presidente del Senado de Estados Unidos, Mike Pence, quebró el empate para convertir a Betsy DeVos en la nueva secretaria de Educación de Estados Unidos. Tildada de poco calificada por los demócratas, no tiene experiencia laboral ni educacional en ninguna organización pública.

Betsy DeVos, de 49 años, es una republicana evangélica, que cuenta con el patrimonio más abultado del gabinete de Trump, con 4.800 millones de euros según Forbes. Su fortuna está compuesta por la herencia de la empresa Prince, compañía de su padre, y la empresa multinacional de Amway de su marido, Dick DeVos.

La presidenta de los republicanos en el Estado de Michigan aportó 17 millones de dólares a las candidaturas electorales de algunos senadores de su partido. Su gran influencia en su Estado le ha permitido avanzar con sus ideas de “desvincular el gobierno de la educación de los niños”, donde logró que el 80% de los establecimientos educativos funcionen con el sistema "chárter".

El modelo chárter permite que comunidades privadas creen sus establecimientos educativos, con pocas regulaciones gubernamentales. Los padres pueden escoger el establecimiento de sus hijos, y reciben para ello un “voucher” del Estado, que les entrega el dinero directamente para la escolaridad de sus hijos.

Para los defensores del sistema, este permite que los padres puedan decidir y que los alumnos no tengan necesariamente que asistir al colegio que les correspondería según su código postal. Para DeVos permitiría además una mayor competencia que redundaría en una mejor calidad de la educación, y además en un “mayor control local con más atención a los padres, estudiantes y maestros”.

Pero las escuelas chárter no son algo nuevo, ya que este sistema en Chile cuenta con más de 35 establecimientos a nivel nacional. El ejemplo de DeVos, según un reportaje de The New York Times, muestra cifras alarmantes: un 78% de alumnos asistía a establecimientos públicos en 1981. Solo un 39% lo hacían en 2013.

Las complejidades del caso de los establecimientos particulares subvencionados chilenos han creado una brecha que ha afectado directamente el presupuesto de los establecimientos públicos, donde hay carencia de infraestructura, revelado por el hacinamiento de los estudiantes en las aulas y la falta del uso de nuevas tecnologías. También un impacto en el salario de los profesores.

Los detractores norteamericanos de este modelo señalan que fue una idea implementada por la gestión Obama, pero que no dio resultados favorables. Porque a la falta de regulación del Estado, se produce un derroche de dinero donde las instituciones privadas tienen ganancias excesivas. Incluso señalan que acentúa las desigualdades educativas.

Donald Trump asegura que DeVos será “la reformadora del sistema educativo de Estado Unidos”. Pero la misión será compleja, considerando que la deuda de los alumnos norteamericanos actualmente supera los 940.000 millones de euros.
 

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