Brasil: mejora la economía pero la recuperación está lejos

Brasil atraviesa la peor crisis económica desde la vuelta de la democracia en 1985. El gobierno que podría sustituir a la presidenta Rousseff apuesta a una recuperación a corto plazo, pero los escollos son múltiples.

REUTERS/Pilar Olivares

Un desempleo en niveles récord, una fuerte inflación y un Producto Interno Bruto (PIB) que deberá contraerse por segundo año consecutivo en 2016, son algunos de los rasgos de la economía brasileña a los que debe hacer frente el gobierno de Michel Temer, quien muy probablemente a partir de septiembre, remplazará de manera definitiva a la presidenta Dilma Rousseff.

El gigante sudamericano se ha visto debilitado desde que en 2014 en PIB sufrió una fuerte caída, producto de la baja de los precios de las materias primas. El "milagro brasileño" fruto de las dos presidencia de Lula y el primer mandato de Rousseff es cosa del pasado, y volver a recuperar un ritmo de crecimiento costará sudor y lágrimas. El objetivo declarado del equipo Temer es lograr la estabilización económica --en particular de las finanzas públicas- en un primer momento, que sirva de plataforma para después avanzar hacia un proceso de recuperación del país.

Si bien en los últimos meses han aparecido algunas señales favorables (menor déficit en cuenta corriente e inicio de una recuperación de la producción y de las exportaciones de la industria), es probable que el gobierno deba posponer la realización de sus promesas. "Hay señales que muestran que una recuperación modesta es posible a corto plazo, y especialmente si, lo que quiere el nuevo ministro de Hacienda, Enrique Mireles, sucede, es decir la recuperación de algo de confianza de los agentes económicos", dijo Jean-Louis Martin, responsable de estudios macroeconómicos y especialista de Brasil del banco Crédit Agricole a RFI.