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Ecuador - Video

Pedernales desde el aire, un mes después del terremoto

Con San José de Chamanga en Esmeraldas, Jama, Canoa, el barrio de Tarqui en Manta y el centro comercial de Portoviejo: Pedernales ha sido duramente golpeada por el peor terremoto registrado en Ecuador desde 1979. A un mes del movimiento telúrico que ha provocado la muerte de 660 personas, unas 30.000 personas siguen viviendo en campamentos.

Pedernales desde el aire, un mes después del terremoto.
Pedernales desde el aire, un mes después del terremoto. Imagen: Joselo Jaramillo.
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Reportaje aéreo en Pedernales de Eric Samson, con un drone piloteado por Joselo Jaramillo

Hora tras hora, día tras día, camión tras camión, aquí terminan sin ceremonia los restos de lo que fue una ciudad de 30.000 habitantes, desordenada, caótica pero pujante y llena de vida, Pedernales.

Inexorablemente, el relleno ubicado en la vía a Cojimies va creciendo. Pasa ya de 20 metros de altura. Allí se compactan no solo fierros y concreto, madera y caña gradua,sino historias de vida, recuerdos y esperanzas destrozadas.

En la ciudad, los trabajos de demolición y remoción de escombros van a ritmo acelerado. Levantando polvo, las máquinas transforman barrios enteros en terrenos baldíos esperando un mejor futuro.

Tras demoler las edificaciones caídas, las retroexcavadoras van bajando los edificios todavía de pie pero con daños estructurales. Este proceso es más lento: requiere de la autorización de los dueños que pueden o no aceptar la opinión de los ingenieros. A veces, asuntos de seguros atrasan el proceso.

Algunos edificios todavía tienen un futuro incierto. Es el caso por ejemplo de la alcaldía, desocupada desde el 16 de abril. A su lado, la plaza grande está rodeada de espacios vacíos, remplazada comercios, casas y farmacias caídas. Hasta la iglesia principal ha cedido frente al embate de la naturaleza.

Son a menudo los mismos pobladores que llevan a cabo el proceso de demolición. De algo hay que trabajar en una ciudad turística que ha perdido el 95% de sus 50 hoteles y hostales. El malecón ha sido devastado. En los hoteles y restaurantes caídos murieron muchos turistas. Del desastre solo quedan las paredes azules de una piscina, como recuerdo de mejores tiempos.

En Pedernales, los damnificados han sido agrupados en 4 campamentos oficiales. En este, una carpa grande sirve como lugar de distracción para niños y de tienda de dónde se distribuye la ayuda humanitaria recibida. A su lado, funciona el comedor comunitario. Viviendo en carpas de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, más de 150 personas viven allí, en el calor de la costa.

Si bien parte de la población se ha desplazado en otras regiones en busca de trabajo, muchos han decidido quedarse y reconstruir su ciudad. No por nada se llama este campamento Nueva Esperanza.
 

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