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Cumbre de las Américas

Panamá 2015: la Cumbre que unió a las dos Américas

El 11 de abril de 2015, con la VII Cumbre de los 35 mandatarios del continente, el Istmo de Panamá tiende un puente entre la América del Norte y la del Sur. Emulando el 15 de agosto de 1914, que con la inauguración del canal, el Istmo de Panamá se convierte en la ruta que une al Océano Pacifico con el Atlántico. Por primera vez, Cuba estuvo presente en estas citas de Jefes de Estado y de Gobierno americanos y con el encuentro entre Raúl Castro y Barack Obama, el cónclave será recordado como la Cumbre de la reconciliación.

La VII Cumbre de las Américas tuvo lugar en Panamá entre el 10 y el 11 de abril.
La VII Cumbre de las Américas tuvo lugar en Panamá entre el 10 y el 11 de abril. REUTERS/Edgar Garrido
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Por Angélica Pérez, desde Ciudad de Panamá.

“Se cumplió el sueño de Bolívar” dijo el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, al concluir la VII Cumbre de las Américas evocando así los deseos que el Libertador manifestó en su Carta de Jamaica de 1815: "¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojala que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra”.

Doscientos años después, la capital panameña reunió por primera vez en una Cumbre histórica a todos los 35 jefes de Estados y de Gobierno de las Américas que llegaron al Istmo con el propósito de trazar una hoja de ruta común para el continente. La presencia inédita en esta cita del mandatario cubano, Raúl Castro, y el hecho de haber estado sentado en la misma mesa con su contradictor histórico, el presidente de Estados Unidos, encarnado esta vez en Barack Obama, marca, sin lugar a dudas, una nueva época en las relaciones del hemisferio. Una época de cambios, diría el presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Paz, diferencia y respeto. Esas fueron los términos que más pronunciaron los líderes en la Cumbre de Panamá. Desde Obama, pasando por el anfitrión de la cita, hasta Castro, todos insistieron en que América es un continente que, tras décadas de sangrientas guerras fratricidas, ha aprendido a resolver sus conflictos a través del diálogo.

“Hace mas de medio siglo que las naciones americanas no se hacen la guerra entre ellas”, afirmó José Miguel Insulza en esta Cumbre, su última en el cargo de Secretario general de la OEA. Insulza, como la mayoría de los mandatarios presentes en Panamá, empezando por el líder de la ONU Ban Ki Moon, insistió en la importancia del momento que atraviesa el continente con el camino que Cuba y Estados Unidos recorren desde el 17 de diciembre para reanudar sus relaciones diplomáticas, después de 60 años de enemistad, y con el proceso de paz que adelanta el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC.

“Somos diferentes pero no existen las diferencias que desgarran a otros países en el mundo” puntualizó en varias ocasiones el mandatario panameño insistiendo en la importancia del respeto a esas diferencias que existen entre las naciones del continente. Un llamado que se repitió en discursos mas beligerantes como los de sus pares del sur. En las intervenciones de Nicolás Maduro, Evo Morales, Rafael Correa o Cristina Kichner el respeto hizo referencia a una eventual intervención militar de Estados Unidos en el resto del continente y, mas particularmente en Venezuela, o a la de Gran Bretaña para el caso de las Islas Malvinas. La brasileña Dilma Rousseff llamó al respeto del Estado democrático de derecho y junto a 32 mandatarios rechazó las sanciones impuestas recientemente por el gobierno de Obama contra el gobierno de Venezuela.

Castro: Convivir como buenos vecinos

6 x 8= 48, advirtió Raúl Castro al comenzar su esperado discurso en la plenaria de la Cumbre. Con este cálculo elemental explicó que los 8 minutos reglamentarios establecidos a cada orador se iban a prolongar en su caso ya que, dijo, “me deben seis Cumbres”. Y, con una precisión increíble, el presidente cubano habló durante 48 minutos exactos. El discurso de Castro tuvo un tono más conciliador que el de sus pares del sur respecto a su homólogo estadounidense.

Castro recordó que la Cumbre de la CELAC de 2014 proclamó a America Latina y el Caribe como “Zona de paz” y, en consecuencia, exhortó a los líderes de la región a que las diferencias entre las naciones se resuelvan de forma pacífica por la vía del diálogo y la negociación, así como a no intervenir directamente o indirectamente en los asuntos de las otras naciones. Precepto que, recordó, debería respetar el resto de la comunidad internacional.

Sin duda, su discurso fue el mas generoso con Washington de los pronunciados por sus pares de Argentina, Ecuador o Venezuela. Raúl Castro reveló que el proceso de acercamiento con Estados Unidos debió empezar hace 42 años, pero que se frustró porque el mismo día en que su hermano Fidel recibió un telegrama de John F. Kennedy confirmándole que estaba dispuesto a empezar conversaciones, el presidente estadounidense fue asesinado.

Obama: Batallas que no le corresponden

"La Guerra Fría acabó hace mucho tiempo, y no me interesa continuar en batallas que empezaron antes de que yo naciera". Una respuesta enfática de un Obama molesto por los aguijones que le lanzara minutos su par ecuatoriano, Rafael Correa, durante la plenaria de la Cumbre. “No queremos quedar atrapados en la ideología, al menos yo no lo estoy”.

El presidente estadounidense reveló que ya ha pedido al Congreso de su país que estudie levantar el bloqueo contra Cuba. Y en la cita que sostuvo a puerta cerrada con Castro, Obama confirmó que consultara al Congreso su decisión de sacar a Cuba de la Lista Negra de países terroristas, según anuncio a la prensa el canciller cubano.

El obstáculo venezolano

Como era de esperarse, el único obstáculo para un total acuerdo en la declaración total fue el tema de Venezuela. 33 de los 35 jefes de Estado y de Gobierno estuvieron de acuerdo en que la declaración final se incluyera que Estados Unidos derogue el decreto presidencial que declara a Venezuela como una amenaza para la seguridad de los estadounidenses. Pero Estados Unidos y Canadá no aprobaron esta decisión. En consecuencia y, como en otras cumbres pasadas, la de Panamá se cerró sin una declaración final debido a las diferencias políticas.

Pero, como no ocurrió ni en Cartagena ni en Trinidad Tobago, esas divergencias políticas no lograron evitar que se aprobaran en consenso las medidas prácticas que adelantarán las naciones interamericanas para cumplir su gran desafío: lograr la “prosperidad con equidad” en el continente mas desigual del planeta.

Para logarlo, el gobierno panameño recurrió a una astucia de procedimiento. Antes de que la divergencia política se impusiera, protegió el documento técnico, ya consensuado y aprobado, enviándolo a los diferentes organismos multilaterales. De esta forma, las políticas de desarrollo para los 900 millones de americanos acordadas por todos los líderes en materia como educación, salud o seguridad deben ser en el futuro un hecho cumplido.

De ser así, en esta Cumbre de Panamá se habrá avanzado en un día mas de de lo que se avanzo en décadas.

 

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