Hay muchas maneras de recibir el nuevo año: fuegos artificiales, champaña, o una gran comida compartida con la familia y amigos. Pero también hay otras tradiciones específicas a las fiestas de diciembre. Muchos de estos ritos escapan a lo racional: son las famosas supersticiones y cábalas que repetimos con una especie de religiosidad cada fin de año.
Entre dichas tradiciones está la de comer doce uvas a la medianoche del 31 de diciembre, al tiempo que se recita un deseo cuando se ingiere cada una de ellas. O la de salir a dar una vuelta con una valija vacía para que el año entrante nos depare muchos viajes.
Nuestros rituales de fin año son muchos y muy variados. Quisimos conocer cuáles son los más practicados en la región, descubrir sus orígenes y por qué los observamos fielmente.
El antropólogo colombiano Fabián Sanabria plantea que si cumplimos ciertos actos cuando se cambia de año, es porque necesitamos marcar este momento: son ritos de paso. Para él, es difícil escapar a este fetichismo. En general, esta conducta, más arraigada de lo que se cree, gira en torno a la salud, el dinero y el amor.
Entrevistado: Dr. Fabián Sanabria, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
Boletín de noticiasNoticias internacionales esenciales todas las mañanas
Suscribo