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Sudán

Los sudaneses siguen movilizados y rechazan la transición militar

Tras el derrocamiento del presidente de Sudán, Omar al-Bashir, una multitud de manifestantes continuaba este viernes con las protestas en Jartum pero ahora contra los militares. El Consejo Militar de Transición aseguró que va a dialogar con todas las "entidades políticas" del país y que el futuro gobierno será "civil".

Los sudaneses siguen protestando frente al cuartel general del Ejército en Jartum, este 12 de abril de 2019.
Los sudaneses siguen protestando frente al cuartel general del Ejército en Jartum, este 12 de abril de 2019. REUTERS/Stringer
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"Vamos a dialogar con las entidades políticas para preparar el clima de cambios y la realización de nuestras aspiraciones", dijo el general Omar Zinelabidine en rueda de prensa en Jartum este viernes. Agregó que el futuro ejecutivo será un "gobierno civil" y advirtió que los militares no permitirán "ningún ataque contra la seguridad".

Los principales jefes del Ejército, en el poder después de haber derrocado este 11 de abril al presidente Omar al-Bashir, confirmaron que éste se encontraba detenido pero que no sería "entregado al extranjero".

El jueves 11 de abril, el ministro de Defensa, Awad Ibnuf, anunció la instauración durante dos años de un "consejo militar de transición", del que asumió la dirección. Pero muchos manifestantes violaron el toque de queda y volvieron a las calles para expresar su rechazo a una transición militar.

"La declaración del Ejército a través del exministro de Defensa no es suficiente para responder a las esperanzas de la población sudanesa. Mucha gente está decepcionada. Muchos han perdido la confianza en los militares y en sus capacidades para asegurar el equilibrio político que necesitamos en el futuro. Lo que han anunciado involucra a muchos miembros y exlíderes políticos del antiguo sistema. La organización y las instituciones del régimen siguen iguales, y en particular la agencia sudanesa de inteligencia", explica a RFI Anmar Homeida, un médico que participa en las protestas.

"Los ciudadanos y especialmente los jóvenes sudaneses van a seguir protestando en Jartum y afuera de la capital y van a permanecer sentados frente al cuartel general del Ejército. Quieren un plan mucho mejor para el futuro del país", enfatiza Homeida. Sin embargo, existe una preocupación : "A causa de la declaración del estado de emergencia, no estamos seguros de si habrá conflictos o no, no sabemos si el personal del Ejército regular va a seguir apoyando a los manifestantes o si los van a desalojar de todos los lugares de movilización".

Varios países, entre ellos Estados Unidos, así como la Unión Europea (UE), exhortaron a los militares a integrar a los civiles en la transición. Una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Sudán debería tener lugar el viernes a puerta cerrada, a petición de seis capitales, incluidas Washington, París y Londres.

Las protestas comenzaron por la decisión del gobierno de triplicar el precio del pan el 19 de diciembre pasado, en medio de una crisis económica.

Omar al-Bashir, de 75 años, gobernó con mano de hierro durante tres décadas a Sudán, uno de los países más pobres del planeta. En 2009, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra él por "crímenes de guerra" y "de lesa humanidad" en Darfur, a lo que en 2010 añadió la acusación de "genocidio".

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