La policía impide con violencia las marchas contra el presidente Kabila

La policía recurre a la fuerza para impedir que la oposición marche en demanda de elecciones y la salida del presidente Kabila. Al menos tres muertos y decenas de heridos. Ni la Conferencia episcopal local ni el representante del Vaticano en la RDC apoyan oficialmente la protesta.

Un vehículo de la policía patrulla en Kinshasa el 30 de diciembre, en víspera de las marchas convocadas por la oposición católica laica al presidente Jospeh Kabila. Junior D. KANNAH / AFP

Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, vive el último día del año bajo fuerte control de la policía y otros cuerpos de seguridad. El gobierno dirigido por el presidente Joseph Kabila, desplegó un fuerte dispositivo de fuerzas del orden para impedir y en su caso reprimir los intentos de desfilar a los opositores de confesión católica, que tenían programado manifestarse después de la tradicional misa de los domingos para exigir la partida del mandatario.

Informado desde mediados de la semana del propósito de los católicos del "comité laico de coordinación" de marchar con biblias, rosarios y crucifijos el domingo después de la misa, las autoridades  no sólo cortaron internet, los SMS y el sistema de mensajería WhatsApp, sino que también impusieron un fuerte dispositivo de control del acceso a diversas comunidades de la capital para limitar al máximo los desplazamientos de la población. "No habrá marcha. Toda persona que intentará marchar encontrará a la policía en su camino", amenazó el jefe de la policía de la capital, Sylvano Kasongo.

Pese a las amenazas, en diversos lugares de Kinshasa y en la vecina Kasai se reportan varias marchas después de los oficios religiosos, en su mayoría reprimidas por la policía. Como resultado, las fuerzas de seguridad abatieron a dos manifestantes frente a la iglesia de Santo Alfonso, en el barrio de Matete, aseguró la directora para África de la organización Human Rights Watch. Otra persona también resultó muerta en la provincia de Kasai, en el centro del país.

Según diversos testigos al menos una docena de personas fueron heridas en la capital, y una docena de niños que participaban en una coral católica fueron detenidos al salir de misa de una parroquia cuando pretendían encabezar una marcha anti Kabila.

Los habitantes de la República Democrática del Congo, mayoritariamente de confesión católica, exigen se concrete el acuerdo firmado justo hace un año, tras una brutal represión que dejó decenas de muertos, que prevé la realización de elecciones a más tardar en diciembre de 2017 y la no reelección de Kabila, en el poder desde el 2001. El último mandato de éste concluyó el 20 de diciembre de 2016, pero Kabila recurrió a una serie de maniobras legaloides para aferrarse al poder. La Constitución le prohíbe presentarse a un nuevo mandato, pero también le permite seguir en el poder hasta que no se designe a quien deberá sucederle.

Ni la poderosa conferencia episcopal de la RDC (Cenco) ni el representante del Vaticano en el país sostuvieron el llamado de sus feligreses a manifestar pacíficamente.