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Kenia

¿Cómo un estudiante 'brillante' y 'normal' pudo perpetrar la matanza de la universidad?

La masacre más grave en la historia reciente de Kenia, en la que 148 personas fueron asesinadas en una universidad, fue llevada a cabo por un puñado de islamistas. Entre ellos se encontraba Abdirahim Abdullahi, un joven descripto por sus ex compañeros como un hombre moderado, simpático y hasta frívolo. RFI conversó en Nairobi con algunos de sus ex camaradas, que no salen de su asombro.

Un militar keniando delante de la universidad de Garissa, el 2 de abril de 2015.
Un militar keniando delante de la universidad de Garissa, el 2 de abril de 2015. AFP FOTO / CARL DE SOUZA
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Con Sonia Rolley, enviada especial de RFI a Nairobi
 

¿Cómo un brillante estudiante de Derecho se convierte en un terrorista sanguinario? A esta pregunta intentan responder los jóvenes que cuatro días después de la matanza de Garissa, en el este de Kenia, regresan a la universidad donde fueron masacrados 148 personas, entre ellos 142 estudiantes.

 
Lo cierto es que uno de los cuatro miembros del comando islamista que atacó la universidad fue identificado como un joven keniano de etnia somalí, Abdirahim Abdullahi, graduado en la universidad de derecho de Nairobi.

"Era diplomado de la Facultad de Derecho de Nairobi y fue descrito por alguien que le conocía muy bien como un futuro jurista brillante", confirmó el ministerio del Interior.
Gérarld Kiti, actual representante de los estudiantes de Universidad de Garissa, conocía muy bien a Abdirahim Abdullahi. De hecho, lo ayudó a hacer campaña en sus inicios.

“Me sorprendió completamente esta noticia. Cuando hice por primera vez campaña para el puesto de representante de los estudiantes, me prometió su voto; hasta me ayudó a encontrar mi eslogan de campaña. Era un tipo ‘cool’”, recuerda Kiti.

“No sé qué le pudo pasar, en qué momento se dio vuelta de esa manera. No era alguien muy religioso y ciertamente no era un extremista. Era un tipo tranquilo, ¡un estudiante normal!”, subraya.

“Se paseaba siempre de traje, con trajes de calidad. Era muy accesible, fácil”, agrega Kiti, quien considera hoy que el hecho de que un alumno “brillante”, “lleno de vida”  pueda “convertirse en terrorista es incomprensible”.

Ahmed, otro estudiante del campus, también se muestra perplejo, ya que juzga que Abdirahim Abdullahi estaba lejos de parecer un integrista. “Le gustaba la fiesta, y cuando se es musulmán no debería ser así. Pero él se lo tomaba con calma, hacía ese tipo de cosas. De todos los estudiantes, es el último que imaginaba haciendo algo así”, añade.

Otros estudiantes tienen hoy preocupaciones más pragmáticas. “Es un estudiante que pasó cuatro años aquí, conocía todos los rincones de la facultad. ¿Qué podría ocurrir aquí si dio todas esas informaciones a los shebab (los islamistas)?”, se pregunta Mary, estudiante y futura abogada.
 

 

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